El otoño se complica
Pese a que Pedro Sánchez ha asegurado que volverá a presentarse como candidato del PSOE, un adelanto electoral y una derrota le alejarían irremediablemente de encabezar las listas.
Por eso, a pesar de que el otoño se complica cada semana con un nuevo "percance", insisten en Moncloa que agotarán la legislatura. Ya no se ha vuelto a hablar de presentar los presupuestos. No hay apoyos suficientes y sería una nueva derrota parlamentaria, como lo fue el proyecto de reducción de la jornada laboral. Junts ha vuelto a echarse al monte y Podemos quiere hacerse perdonar su paso por el Gobierno diciendo no a todo.
Pero, además, las revelaciones del caso Koldo, Ábalos y Cerdán, cercan al PSOE y a Pedro Sánchez, por no enterarse de que su hombre de confianza en el partido y en el Gobierno tenía una caja B donde acumulaba "chistorras" y "lechugas". Es decir, billetes de quinientos euros y de cien.
Una de las preguntas es... ¿por qué en Ferraz pagaban sus gastos en efectivo sin posible seguimiento de Hacienda? Lamentablemente, recuerda, y mucho, a los libros de contabilidad de Bárcenas donde aparecían las "retribuciones" a Rajoy, Rato y otros altos cargos del PP. Y fue precisamente la corrupción del caso Gürtel la que llevó, moción de censura por medio, a Pedro Sánchez al poder.
Prueba palpable de que los partidos políticos no aprenden nada de los castigos ajenos y que la corrupción acecha siempre a los que dirigen, desde una administración local hasta el mismo Ejecutivo.
Cabe preguntarse también si, además de su atención y mimo a Jessica y sus cobros permanentes en negro, el ministro Ábalos se ocupó de algo en el ministerio de Transportes y como el presidente del Gobierno no se enteró de nada...
El otoño se complica también porque, en un mes escaso, el fiscal general del Estado se sentará en el banquillo en el Tribunal Supremo, acusado de un delito de revelación de secretos. Declarará el último y antes lo harán ocho fiscales, guardias civiles y periodistas. También conviene recordar aquí la frase de Pedro Sánchez en una entrevista "¿Quién manda en la fiscalía general?, el Gobierno, pues eso"...
Y, por último, la instrucción, incansable e interminable, del juez Peinado sobre Begoña Gomez por la utilización de su relación conyugal y los servicios de Moncloa para sus trabajos privados. La pretensión de que se someta a un juicio con jurado es la puntilla.