Hoy se zurran, mañana pactan
El arranque de la campaña electoral en Extremadura se ha convertido en la prueba de fuego de la batalla de la derecha. Feijóo, que se ha instalado a vivir entre Cáceres y Badajoz, pretende frenar lo que las encuestas vaticinan como el "subidón" de VOX.
No lo hace tanto por apoyar a su candidata Guardiola como por su propio futuro político, amenazado por el auge de la extrema derecha. Con estos mimbres no es de extrañar que Abascal haya insistido en que a lo mejor "el PP tiene que cambiar de candidato", a lo que Guardiola ha reaccionado llamándole machista.
Y este va a ser el tono de aquí a la jornada electoral, que, si nada cambia, obligará a pactar a los ahora "enemigos". La animadversión de la extrema derecha viene desde los anteriores comicios, cuando la ahora presidenta se negó a pactar con los de VOX para acabar "tragando" con sus exigencias. Por tanto, vayámonos acostumbrando a que, de ahora hasta el domingo 21, las descalificaciones entre ambas formaciones van a ser el espectáculo de los mítines.
Y mientras, los socialistas y Sumar parece que hubieran asumido la derrota antes de empezar. El candidato del PSOE, que al margen de su imputación en el caso del hermano de Pedro Sánchez, no le acompaña el carisma y la fuerza para dar un vuelco en las urnas, le falta el apoyo entusiasta de Madrid. Aunque los ministros del "círculo" de Moncloa le acompañarán en varios actos, incluso el extremeño Carlos Cuerpo, que no suele participar en eventos del partido. El listón es bajo.
Como en el resto de las autonomías, el voto a la ultraderecha crece en los municipios con mayor población inmigrante pese a que, sin esta mano de obra dedicada a la agricultura, el campo extremeño dejaría de producir. Y, el otro foco de polarización, el machismo, ya ha salido a relucir. Y el líder de VOX ha comparado a la candidata del PP de parecerse a Irene Montero por llamarle machista.
Como se ve un arranque de campaña muy "edificante", donde los problemas de los extremeños quedan en último lugar y donde las propuestas de solución a los servicios públicos y al crecimiento económico de la región ni se mencionan.
Lo único que importa es si el PSOE vuelve a perder y si Feijóo consigue frenar a los ultras para allanar su camino a Moncloa. Luego se darán un abrazo y aquí paz y después gloria.