Cuidado, Feijóo
Parece que no aprendemos de nuestros propios errores. El Partido Popular lanzó las campanas al vuelo antes de las últimas elecciones dando por seguro no ya que las iba a ganar, sino que podría gobernar, aunque fuera con el auxilio de Vox. No pudo hacerlo y tardó meses en recuperarse.
Pedro Sánchez se revolvió, pactó con los que tienen como objetivo destruir la España constitucional, mintió a sus electores y a todos los ciudadanos, deshizo sus promesas y ahí sigue. Acorralado, chantajeado, destruido por la corrupción de los que él nombró, pero ahí sigue. Y va a intentar permanecer en el poder mientras la UCO, los jueces y sus ex cargos de confianza quieran.
Por eso me parece inoportuno y desafortunado que Alberto Núñez Feijóo se lance sin paracaídas a decir que "si mañana hubiera elecciones estoy seguro de que tendríamos mayoría absoluta". Sin Vox, claro. En mi opinión equivoca el disparo, el momento y la estrategia. Y lo hace de forma innecesaria. Y da por muerto a Sánchez que, aunque lo esté, sigue teniendo el BOE en sus manos y a sus socios atrapados. Tanto como sus socios le tienen a él cogido por donde más duele. Y van a seguir apretándole hasta que no quede nada.
Antes de hablar de mayorías absolutas, hay que ir pueblo por pueblo, ciudad por ciudad, colectivo por colectivo, ciudadano por ciudadano explicando el programa de regeneración que el PP propone y sus soluciones a los problemas reales más importantes: salarios justos, empleo, educación, justicia, acceso a la vivienda, infraestructuras, pensiones, fiscalidad, un proyecto económico. Hay que ganar voto a voto en cada territorio, porque va a necesitar muchos más de los que tiene hoy. Votos que tienen que arañar de los socialistas fieles a sus principios y de los que se han ido a Vox porque el Partido Popular dejó de ser la casa de toda la derecha.
Feijóo tiene tres agujeros negros: Cataluña, el País Vasco y Vox. Sin un número importante de votos en los dos territorios, es muy difícil ganar unas elecciones y menos por mayoría absoluta que, evidentemente es lo que necesita el PP si quiere hacer una polìtica seria y rigurosa y deshacer lo que el PSOE y sus socios han construido por intereses partidistas en contra del bien común. Cataluña está a punto de tener una financiación "singular" y cobrar y gestionar el IRPF, es decir un privilegio contra el resto de los territorios españoles y está más cerca de tener un Poder Judicial propio para poner y quitar a los jueces a su antojo. El PNV, a punto de dejar la mayoría en manos de Bildu, ya ha dicho que el PP "no tendrá ni un voto en el País Vasco". Son expertos en aprovecharse del trabajo sucio de otros y en traiciones. Han borrado la historia asesina de ETA de la enseñanza en los colegios y, aunque acabarán pagando todo, ahí siguen.
En cuanto a Vox, de momento ni con ellos ni sin ellos tienen remedio los males del PP. Vox es el mejor aliado de Sánchez y la excusa de todos sus socios de conveniencia. Cada vez que hablan dan votos y vida al presidente del Gobierno. Cada barbaridad que sueltan, como lo de expulsar a ocho millones de inmigrantes, más de la mitad tan españoles como los de Vox, tan trabajadores como los de Vox y tan contribuyentes como los de Vox, incita más al odio y al enfrentamiento. Lo mismo que hacen Sánchez y sus socios.
Alberto Núñez Feijóo es un hombre sereno y preparado. Seguramente será mejor presidente que líder de la oposición. Es un gestor eficiente como demostró al frente del Insalud, en Correos o en la Xunta de Galicia. Es un político honesto. Debería medir sus palabras, no dar por muerto a un rival aunque esté al borde del KO, ser prudente y avanzar en un proyecto para unir a los españoles, para derribar los muros que otros han levantado, para reconstruir la España constitucional de la solidaridad, de la convivencia y el diálogo, para garantizar el imperio de la ley y el Estado de Derecho. Tendrá que levantar muchas alfombras y se va a encontrar muchos cadáveres debajo. Necesitamos un presidente que diga la verdad, que no mienta, que cumpla sus compromisos y que gobierne para todos los españoles, sin tener que someterse al chantaje de unos pocos.