Tras la noche loca en el hotel que no frenó Telecinco: ruptura bomba de Anita y Montoya
Según recoge EsDiario, parecían haber hecho las paces. Las cámaras les captaron entre caricias, confidencias y algún beso que parecía sellar la reconciliación. Pero lo que prometía ser una historia de complicidad más allá del concurso, terminó en ruptura nada más pisar tierra firme. Lo que se intuía frágil se desmoronó por completo en el silencio de un pasillo de hotel. Montoya ha dejado de hablarle a Anita Willians, y lo ha hecho sin siquiera el gesto de una explicación.
Según ha revelado Alexia Rivas en directo en Vamos a ver de Telecinco, el segundo finalista del reality ni siquiera saludó a Anita esta mañana al cruzarse con ella. Lo más que hubo fue un mensaje escueto pidiéndole que le dejara las maletas en recepción. Nada más. Nada menos. Una ruptura sin palabras, sin cierre, sin educación. Y mientras tanto, Anita, sin entender nada, caminando detrás de una sombra que ya no responde.
Tal como ha podido confirmar ESdiario, la organización del programa obligó a todos los finalistas a pernoctar en el mismo hotel tras la gala. Un gesto logístico que se transformó en una velada extraña, cargada de sonrisas tensas y conversaciones a media voz. Allí, en ese limbo entre la euforia del plató y la realidad del día después, se celebró una pequeña fiesta improvisada entre finalistas de Supervivientes, amigos y algunos familiares. Y entre el bullicio, también se colaron los primeros roces.
Según ha sabido este medio, los padres de Montoya evitaron en todo momento a Anita. No solo no la saludaron: llegaron a criticarla duramente en voz baja, lo suficiente como para que alguien del entorno de ella escuchase todo. “Menos mal que fue la primera expulsada”, habrían comentado. Para Anita, que aún decía estar enamorada, aquello fue un puñal. Aun así, se contuvo. “Ahora me quiero más a mí”, le habría confesado después a alguien de confianza.
Durante la final, las familias ni siquiera cruzaron miradas. El hielo era evidente. En el parking, tras los focos, una persona muy cercana a Anita escuchó los comentarios. Nada nuevo para una historia donde el cariño no ha sido recíproco. En la rueda de prensa del día siguiente, Anita Willians mantuvo el tipo. Educada, serena, incluso intentó acercarse a Montoya, que la ignoró con frialdad quirúrgica. No es que se alejase: es que ya no estaba.
“Yo no creo que fuera detrás de él —defendió Alejandra Rubio en directo en el programa matinal de Telecinco—. Solo intentaba ser correcta. Montoya no se merece a una mujer como Anita”. Más directa fue Alexia Rivas: “Su entorno alucina. Ayer le decía que la querría para siempre, como pareja o como amiga. Hoy, ni la saluda”.
El colofón lo puso Pepe del Real, que corroboró que los padres de Montoya se negaron a saludar a Anita y que sus críticas no fueron casuales, sino cargadas de desprecio. “Decían que no valía nada”, añadió Alexia, visiblemente molesta.
¿Final de un montaje o cierre de una herida real?
Lo que parecía la historia romántica de la edición se deshace ahora en gestos que pesan más que los votos. La misma Anita que se cortó el pelo en Honduras por una promesa, la que compartía arroz, lágrimas y silencios con Montoya, ha tenido que asistir, en Madrid, al final más amargo de todos: el de un desprecio inesperado.
Quizá no haya sido la última palabra entre ellos. Pero lo cierto es que la tregua firmada bajo las cámaras ha saltado por los aires fuera de plano aunque ellos lo explican de una manera menos dramática…
Ambos han hablado a la prensa. Primero él, quien confesaba que "la relación está bien, hemos tenido conversaciones, han dado para mucho... y me quedo con lo positivo, en mi caso ha sido perdonar y olvidar". Además, ha asegurado que "ahora mismo necesito mi tiempo, creo que ella también, pero lo más importante es el cariño que la tengo, que me tiene".
Montoya también ha explicado que "no me cierro nada", pero de momento "creo que necesito mi tiempo y ella también", unas palabras que recalcaría la joven porque no ha querido apuntar nada más después de las declaraciones del que ha sido su pareja y con el que se habría reconciliado en el concurso.
