Bellido alerta del riesgo para la democracia cuando se vulneran los derechos humanos

El presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha reivindica en Toledo la defensa de la dignidad humana durante la entrega de los primeros Premios Diké, que reconocen a UNRWA, a la artista Rozalén y a los municipios albaceteños de Villamalea y Tarazona de la Mancha.
Imagen de familia de la entrega de los 'Premios Diké' de Derechos Humanos concedidos por las Cortes de Castilla-La Mancha, este miércoles en Toledo
Imagen de familia de la entrega de los 'Premios Diké' de Derechos Humanos concedidos por las Cortes de Castilla-La Mancha, este miércoles en Toledo

La primera edición de los Premios Diké de Derechos Humanos reunió este miércoles en el Palacio de Benacazón, en Toledo, a representantes institucionales, académicos y sociales en un acto que combinó celebración y reflexión cívica. La ceremonia, marcada por un tono reivindicativo, situó los derechos humanos en el centro del debate público y convirtió la gala en un llamamiento a la defensa activa de los valores democráticos.

“Socavar los derechos humanos es socavar la democracia”

El presidente de las Cortes autonómicas, Pablo Bellido, fue el encargado de clausurar la gala con un discurso en el que alertó de que los gobiernos elegidos democráticamente que “socavan los derechos humanos también socavan la democracia”. Recordó que las elecciones libres constituyen solo el punto de partida y que la legitimidad democrática se mantiene únicamente cuando el ejercicio del poder respeta la dignidad humana, el pluralismo y las libertades fundamentales.

Bellido insistió en que democracia y derechos humanos forman un “círculo virtuoso”, en el que ambos elementos se refuerzan mutuamente. Sin embargo, advirtió de que el fenómeno contrario se extiende en distintos lugares del mundo, con gobiernos que, pese a haber sido votados, no respetan a la oposición, a los medios de comunicación ni las garantías básicas. “Hay democracias que no lo son porque no respetan los derechos humanos”, señaló.

El presidente de las Cortes lamentó el “auge de odio” que atraviesa la esfera pública y subrayó que Castilla-La Mancha no está al margen de esa tendencia. Recordó que la pérdida de consensos básicos ha impedido recientemente aprobar declaraciones institucionales relacionadas con cuestiones esenciales como la infancia o la igualdad de género. Y denunció la naturalización de discursos que “deshumanizan” a colectivos vulnerables, citando como ejemplo a los menores migrantes o a quienes llegan al país sin documentación, así como el cuestionamiento de estructuras destinadas a proteger a víctimas de violencia machista o a organizaciones humanitarias.

Un acto con presencia institucional y un mensaje compartido

La gala, conducida por la actriz alcarreña Laura Galán, contó con la actuación del cantautor y poeta Carlos Ávila. Sobre el escenario acompañaron a Bellido los rectores de la Universidad de Castilla-La Mancha, Julián Garde, y de la Universidad de Alcalá, José Vicente Saz, integrantes del jurado de esta primera edición. También estuvieron presentes autoridades como la consejera de Bienestar Social, Bárbara García Torijano, la vicepresidenta primera del Parlamento, Josefina Navarrete, y el vicepresidente segundo, Santiago Lucas Torres.

Este respaldo institucional ayudó a subrayar la vocación de los Premios Diké: reconocer a personas, colectivos y entidades que trabajan de forma decidida en favor de los derechos humanos, la convivencia pacífica y la extensión de la cultura democrática.

UNRWA recibe el premio internacional por su labor humanitaria

El galardón en la categoría internacional fue para UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina. Lo recogió su directora ejecutiva en España, Raquel Martí, quien dedicó el premio al conjunto del personal de la organización y recordó la muerte de más de 380 miembros de su plantilla en el actual escenario de violencia.

Martí afirmó que trabajar en UNRWA supone un compromiso con la “dignidad” en uno de los contextos más duros del mundo y denunció la “desinformación y criminalización” que, aseguró, ejerce el Gobierno de Israel contra la entidad. Aseguró que, en un momento tan complejo, “estar aquí es algo más que recibir un premio”, porque se convierte en un acto simbólico de resistencia: “Es un mensaje a los trabajadores de UNRWA: no estáis solos”. Cerró su intervención con un llamamiento a la sociedad para que “no dejemos de hablar de Palestina”.

Villamalea y Tarazona, ejemplo de compromiso comunitario

El premio nacional recayó en los municipios de Villamalea y Tarazona de la Mancha, cuyos alcaldes, José Núñez y Miguel Zamora, acudieron acompañados por una amplia representación vecinal que viajó en dos autobuses hasta Toledo para participar en la entrega.

Núñez destacó que el reconocimiento es fruto de un esfuerzo colectivo que incluye al Ayuntamiento, los servicios sociales, las entidades sociales como Cáritas y las diferentes confesiones religiosas presentes en la localidad. Subrayó que Villamalea es “un municipio pequeño en tamaño pero inmenso en valores”, moldeado tanto por la emigración de los años sesenta como por la reciente llegada de población extranjera, que aporta diversidad y cohesión.

Zamora, por su parte, agradeció el premio en nombre del conjunto de su municipio y puso énfasis en la responsabilidad de los pueblos de “dejar un poso y un legado” para las generaciones futuras. Reivindicó el papel de la acción local como motor de convivencia y recordó que ambos Ayuntamientos aprobaron por unanimidad una moción para solicitar al Congreso una regularización extraordinaria de personas migrantes, una decisión basada en la “convicción, necesidad y justicia social”.

Rozalén, premiada por su labor de difusión cultural

La artista Rozalén recibió el premio en la categoría de difusión cultural, aunque no pudo asistir a la gala. A través de un vídeo, expresó su alegría por un reconocimiento vinculado a los derechos humanos “en unos tiempos en que vemos cómo se traspasan ciertos límites”. Su compañera de escenario, Beatriz Romero, recogió el premio en su nombre y elogió los “muchos superpoderes” de la cantante, destacando su compromiso humano y su capacidad para emocionar y conectar con el público.

Romero reclamó la importancia de extender los derechos de los países privilegiados al resto del mundo y alabó la labor de quienes trabajan para que las comunidades sean espacios en los que la diversidad se entienda como una riqueza. Expresó su deseo de que este sea “el primero de muchos premios”, aunque en un futuro —dijo— ojalá haya menos necesidad de reivindicación porque la sociedad se acerque más a los valores que estos galardones pretenden destacar.

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