No tienen arreglo
Al unísono, siguiendo la consigna recibida horas antes, los presidentes autonómicos del PP, presentes en la cumbre de Barcelona, pidieron la convocatoria anticipada de elecciones.
Fue lo único que consiguió Feijóo de una cita, fracasada de antemano, por ser incompatible con la concentración de este domingo en Madrid contra el Gobierno. Y, además, porque Diaz Ayuso actuó, una vez más, de protagonista absoluta de la jornada. Primero el numerito con la ministra de Sanidad negándole el saludo y luego abandonando la sala, cada vez que no se hablaba en español.
Como si la ciudadanía no tuviera otros problemas y apetencias que asistir a sus "performances". Demostrando, una vez más, que el único objetivo de la clase política que tenemos es conseguir el poder a cualquier precio.
La concentración del domingo no es para pedir mejoras en el acceso a la vivienda, principal preocupación de los ciudadanos. Su lema "mafia o democracia" se refiere a los casos de corrupción que afectan al PSOE y a Pedro Sánchez.
Creen que este acoso y derribo acabará empujando a Moncloa a unas elecciones anticipadas. Y es verdad que el Gobierno y el partido están noqueados por los últimos y vergonzosos escándalos, pero unos comicios ahora serían la muerte del PSOE actual, y la capacidad de resiliencia de Pedro Sánchez no tiene límites.
Feijóo se equivoca de estrategia. Ir con Vox a todos sitios espanta al votante de centro y, pasarse de adjetivos peyorativos, concentraciones, y broncas parlamentarias ha acabado cansando al personal. Si, además, tiene a su lado al pepito grillo chulesco y castizo de Miguel Ángel Rodriguez/Isabel Diaz Ayuso, siempre queda desdibujado y sin fuelle.
Le falta fuerza, contundencia, en la defensa de sus propuestas. Tanto le falta, que la inmensa mayoría, incluso de sus votantes, no sabe que quiere hacer con este país.
¡Y mira que Sánchez está quemado! No puede, ni debe, delegar las explicaciones sobre los escándalos que le rodean en el verbo flojito y vacilante de Oscar López o en las andanadas faltonas en redes sociales de Oscar Puente. Un presidente del Gobierno debe explicar quién es esa tal Leire y que hacía en nombre del PSOE. Que existió una "policía patriótica", con el PP de Rajoy, ya lo sabemos todos los españoles. Ahora lo que hay que aclarar es que está ocurriendo en este momento.
Las broncas con Page, al que saludo fríamente en Barcelona, y las críticas a Eduardo Madina, no son la mejor imagen de un partido de Gobierno. Pero, sin duda, la estrategia de oposición de Feijóo y sus marchas por la decencia, es lo que menos preocupa a Moncloa en estos momentos.