Amistades sucias
El problema del PSOE no es, como no se cansa de pregonar Feijoo cada vez que comparece, las cloacas o el fango. Su castigo son esas amistades peligrosas y sucias que se pegan al poder, sea este nacional, autonómico o municipal, con el único fin de medrar y enriquecerse.
Tan ocupado ha estado el responsable del orden en Ferraz, Santos Cerdán, de mantener prietas las filas, castigar a los díscolos y hacer cumplir las órdenes de Sánchez, que no ha vigilado las nubes de parásitos que volaban sobre su cabeza. No es, además, el más indicado a la hora de seleccionar al personal. Prueba de ello es Koldo, al que colocó con Ábalos creando el binomio perfecto. Viene esto a cuento del último último personaje con el que se le relaciona, la ínclita Leire Díez y su famosa investigación sobre la UCO. Después de pasar dos horas reunida con Cerdán en Ferraz, se va del PSOE y cuenta una historia inverosímil sobre sus reuniones, ofreciendo favores a acusados de corrupción a cambio de secretos de la Guardia Civil.
Si de verdad era para un trabajo periodístico, ¿en nombre de quien podía ofrecer una simple militante pactos con la fiscalía?. Si de verdad era una investigación para publicar, ¿por qué renuncia a su militancia?. Si de verdad era una simple militante ¿por qué pierde Cerdán dos horas en reunirse con ella? Para completar la historia, en una comparecencia sin preguntas para contar su "versión", aparece de repente Victor de Aldama, el procesado amigo de Koldo, se acerca a la mesa y comienza a increparla llamándola "mentirosa" y "sinvergüenza.
Y, en ese momento, para acabar de liarla, se presenta un empresario llamado Javier Pérez Dolset, que aparece en una de las grabaciones con ella, y se lía a empujones con Aldama. De este empresario que, al parecer, también "ayudaba" a Leire en su "trabajo de investigación periodística", no se sabe su relación con el PSOE, pero sí que fundó una empresa tecnológica que en 2016 quebró y que Perez Dolset acabó en prisión preventiva acusado de desviar dinero a cuentas en Panamá. Todo muy edificante.
Lo único que le cabe hacer a Pedro Sánchez, después de estos espectáculos vergonzosos, es comparecer en el Congreso para anunciar el cese de Santos Cerdán, a "petición propia", como secretario de organización del PSOE.