Castilla-La Mancha es un "referente" mundial en extinción tras el incendio de Guadalajara

La Junta pide precaución ante los incendios causados por el uso de cosechadoras: "Pocos, pero de graves consecuencias"
El viceconsejero de Medio Ambiente del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Almodóvar, en un momento de la entrevista - EFE/Ismael Herrero
El viceconsejero de Medio Ambiente del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Almodóvar, en un momento de la entrevista - EFE/Ismael Herrero

La profesionalización del dispositivo o el desarrollo de la gestión forestal son dos de los grandes avances en materia de extinción de incendios que han convertido en las últimas dos décadas a Castilla-La Mancha en un "referente" mundial, a partir del fuego de Guadalajara, en julio del año 2005.

Así lo ha explicado el viceconsejero de Medio Ambiente José Almodóvar, en una entrevista con la Agencia EFE en la que ha hablado también de las nuevas formas de combatir los incendios, el desarrollo de las brigadas helitransportadas o el uso de las nuevas tecnologías en la lucha contra el fuego en el medio natural.

Almodóvar ha reconocido que la profesionalización del servicio de extincion de incendios (Infocam) ha sido uno de los grandes avances que se derivó de una circunstancia trágica como el incendio de la Riba de Saelices (Guadalajara), en julio de 2005, que supuso un "punto de inflexión".

No sólo por la creación de plazas específicas en la administración o la profesionalización de los bomberos forestales de la empresa pública Geacam, ha apuntado, sino también a la hora de trabajar "en el ciclo completo del fuego".

Ése ha sido otro de los grandes hitos en las últimas dos décadas, porque "no apagamos un incendio y nos vamos, sino que estamos todo el año trabajando en el monte", y se mantenido la parte forestal que implica trabajar en el territorio, conocer el terreno y "seguir vinculados al mundo rural".

Una labor que para Almodóvar constituye "uno de los puntos fuertes de Infocam", y ha provocado que los efectivos "sepan andar en el monte, sepan manejar herramientas forestales, la desbrozadora o la motosierra" y posibilita preparar la extinción con la creación de "una red de áreas de defensa".

Esta red, seña distintiva de Castilla-La Mancha frente a otras regiones, está compuesta por "sitios estratégicos previamente definidos donde esa zona se trabaja pensando en la extinción" y a la que se le dan "unas características técnicas especiales, como que sean visibles por los medios aéreos, que el helicóptero puede aterrizar en ellas, o que se pueda utilizar como anclaje para alguna maniobra".

Subraya que la región es un referente al que acuden a aprender especialistas de Noruega, Holanda o Estonia y, aunque con "humildad" y sabiendo que hay margen de mejora, ha afirmado que "hemos viajado lo suficiente para saber que tenemos un buen dispositivo, que está a la altura de cualquier otro sitio del mundo en cuanto a incendios forestales". 

Brigadas helitransportadas como modelos de extinción

El viceconsejero ha reconocido que en estos años también se ha producido una "apuesta clara por la brigada helitransportada como modelo de extinción", que ha permitido pasar en poco tiempo de 5 a 13 de estas unidades en la región.

Aunque nació como una imitación del modelo de las brigadas de refuerzo contra incendios forestales (BRIF), ahora está convencido de que "son de lo mejorcito de nuestro dispositivo y están a la altura de cualquier BRIF del Ministerio", ya que "son nuestra brigada más especializada en este primer ataque".

Estas brigadas "se mueven por toda la región; aunque estén en La Atalaya, en Ciudad Real, están habituados a ir a un incendio en las muelas de Cuenca y eso hay que trabajarlo mucho" a base de compartir experiencias y realizar maniobras conjuntas".

En este sentido, Almodóvar también ha explicado que se ha producido un cambio respecto a cuando los retenes se especializaban únicamente en su zona de actuación, pese a lo cual ha matizado que "siempre tratamos que la gente del terreno sean los que lideren las maniobras".

Otro de los avances en los que ha destacado la región incluso desde los años 90 del pasado siglo es el uso de maquinaria pesada, y a raíz de Guadalajara "se comenzó a trabajar con maniobras combinadas: vías terrestres, helitransportadas, autobombas, fuego técnico..." en una concepción más moderna y que es el trabajo "que realmente va apagando el incendio a la tarde siguiente o a la noche siguiente".

Robótica o IA contra incendios forestales

Mirando hacia el futuro, Almodóvar cree que a corto plazo lo primero que se verán serán drones terrestres realizando labores de maquinaria pesada por control remoto, ya que podrán acercarse a las llamas mucho más de lo que puede hacer un ser humano, pero por el contrario ha asegurado que a día de hoy "no hay un dron mejor que un avión, o un helicóptero".

Lo mismo sucede con el uso de satélites para detección de ciertos parámetros como la humedad de la vegetación, o de cámaras para detectar incendios, ya que en este aspecto subraya que "no hay nada más eficiente que tener una persona vigilando; nuestros bomberos forestales vigilando son imprescindibles", mientras que sí ve posible avanzar en materias como la planificación de grandes emergencias a través de inteligencia artificial en "aspectos como turnos o relevos que a nosotros nos lleva horas".

Ingeniero de montes y durante casi dos décadas técnico en la dirección de Medio Natural, Almodóvar ha trabajado en la extinción de muchos incendios forestales, entre los que recuerda la especial dificultad del de Yeste (Albacete) en 2017, por la "impotencia" de "no saber por dónde empezar a apagarlo", o de ver que "el incendio progresaba, no podíamos ni llegar con mangueras, ni con medios aéreos, ni con maquinaria...".

Precaución ante incendios causados por el uso de cosechadoras

Por otra parte, el viceconsejero de Medio Ambiente ha pedido extremar la precaución frente a los incendios causados por el uso de cosechadoras que, aunque son "pocos" en Castilla-La Mancha, sus consecuencias son "muy graves", y ha alertado del aumento de incendios "extremos" que en algunos casos "no se pueden apagar".

Almodóvar ha reconocido que los incendios causados por cosechadoras en la región suponen alrededor de un 5%, pero queman el 25% de la superficie total que arde cada año en la comunidad autónoma, al producirse en las horas centrales de días de muy alto riesgo.

"Estamos hablando de unas 1.800 hectáreas que se queman de media por cosechadora en la región", ha apuntado, por lo que ha instado a extremar la precaución en la actividad agrícola que a su vez supone un tercio de la superficie total quemada anualmente.

En este sentido, ha recordado que este año se ha flexibilizado la normativa y se ha dejado libre de restricciones "cinco veces más superficie".

Ha añadido que los fuegos intencionados en Castilla-La Mancha son algo "residual", y en zonas del Sistema Ibérico son muy habituales los naturales, causados por rayos, que en Cuenca suponen uno de cada dos fuegos.

Incendios extremos

El viceconsejero de Medio Ambiente también se ha referido a los llamados "incendios extremos" y ha reconocido que "bajo determinadas condiciones muy complicadas los incendios no se pueden apagar, y tenemos que esperar a que cambien para poder apagarlos; esta es nuestra realidad y un poco la frustración del sistema de extinción".

Un fenómeno cuyo origen sitúa en el éxodo rural del segundo tercio del siglo pasado, y que ha generado un aumento del monte por el abandono de las zonas agrícolas y la ganadería, y que se está produciendo "en toda Europa, donde cada vez hay más monte pese a los incendios forestales".

Según ha apuntado, en los últimos 20 años hay un 9% más de superficie forestal en España, y con un 15% más de "monte denso, es decir, que ese monte también es arbolado", a la vez que las nuevas formas de cultivo hacen que parcelas como los olivares "ya no sirvan de cortafuegos".

En este ámbito, ha remarcado que el dispositivo contra incendios ha intensificado las llamadas "quemas prescritas", que son fuegos de baja intensidad que "vacunan" a los montes contra incendios, y de las que en una década se ha pasado de 15 ó 20 hectáreas anuales a más de 300.

 Ha reconocido que, en muchas ocasiones, son los "incendios antiguos los que nos están frenando los incendios modernos", y por ello esas quemas "nos ayudarán a controlar incendios futuros". 

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