El pitido orwelliano

Postulante.

O sea, Feijóo y la posverdad.

Tenemos un jefe de la oposición, postulante a gobernar España -Feijóo- tan de fiar que mientras él decía que su amistad con el narco Marcial Dorado no era ni estrecha ni ancha, el narco Marcial Dorado afirmaba que Feijóo dormía en su casa y su mujer le preparaba el desayuno.

Véase la entrevista de Évole al amigo de Feijóo.

Y luego están las fotos de su amistad marítima y navegante.

Ahora bien, si la deshonestidad y la mendacidad no son aconsejables en un postulante político a gobernar España -y parece que en eso coincidimos-, hemos de concluir que a la oposición le falta banquillo o que su propuesta programática se basa precisamente en eso, en la deshonestidad y la mentira.

Otra alternativa postulante que está al acecho desde esa fábrica de bulos y mentiras que es nuestra oposición feroz, es Ayuso, más trasparente, puesto que no niega su relación profesional con el perro de Aguirre (fue su relaciones públicas), ni su admiración por Trump, de quien lo aprende y lo copia todo.

Tampoco niega que quiera dividir España en múltiples paraísos fiscales para beneficio de los más ricos. O sea, no para beneficio de los españoles en su conjunto, sino para beneficio de los más ricos.

En esa misma linea, es de las que opina que no hay que pagar impuestos y que "el Estado es el problema", y que lo mejor que puede hacerse con el Estado es suprimirlo y que cada cual se las apañe, sea durante una enfermedad o sea durante una dana.

Que un virus nos atenaza de nuevo con una pandemia... pues que cada uno se compre una tirachinas, si le llega el presupuesto, o lo intente bebiendo lejía, como aconsejaba su maestro americano.

Que uno se hace una brecha por la que se le va la sangre y media vida, pues que tire de la caja de los hilos y se haga un zurzido, como se ve en la película Sicko de Michael Moore, donde se describe la normalidad norteamericana, tan liberal.

O si lo que le acaece es una fractura... que improvise una férula con el palo de la escoba, porque así estará demostrando que es un superhombre nietzscheano y un auténtico "libertario" (cambien ustedes mismos esta palabra por otra más correcta y verídica).

O si el presupuesto personal -libre de impuestos- no le llega para un marcapasos y este se necesita, a lo mejor puede servir el despertador de la abuela (ese de las dos campanillas) pegado al pecho con celofán o cinta americana.

Igual solución habría que improvisar para un incendio descomunal que consume nuestra casa, o un bosque en llamas que amenaza toda una urbanización.

Todo desastre sería una oportunidad de demostrar la ley del más fuerte, la ley de la selva, en cuanto que nosotros solos con una regadera podemos buscarnos la vida y así evitar la intromisión del Estado en nuestra vida privada.

Cualquier cosa antes que escuchar ese horrible "pitido orwelliano" en nuestros teléfonos móviles avisándonos de una dana.

Tengan en cuenta que los darwinistas sociales son aquellos que opinan que las ideas más tontas son las que sobreviven, y por eso Trump es el jefe de los blancos más blancos, y Ayuso la reina de Madrid.

Ahora bien, para no llamarse a engaño conviene tener en cuenta que lo que algunos pseudolibertarios de la cuerda de Ayuso, Trump, y Milei, califican de "pitido orwelliano" y de intromisión en nuestra vida privada, manifestación de la dictadura "progre" o social-comunista, es en realidad esto otro:

"La difusión masiva a través de móviles es una de las herramientas empleadas para el aviso temprano a la población en desastres naturales. Permite que la red de telefonía se comunique con los teléfonos en una única dirección y presenta ventajas como la de poder enviar un mensaje a “millones de terminales en solo unos cuantos segundos, sin causar que la red se congestione ni se vea afectada”, describe la GSMA..." (El País).

Es decir, que cuando se usa salva vidas. Lo que pasa es que si se considera un horrible "pitido orwelliano" en nuestros teléfonos móviles inventado por una dictadura "progre" para inmiscuirse en nuestra vida privada, a lo mejor no se usa.

Comenzaba este artículo con la mendacidad y las mentiras del candidato actual a gobernar España. Quiero acabarlo con la mendacidad y las mentiras de la telebasura que embrutece nuestra opinión pública. Y como ejemplo de esa telebasura que embrutece, ahí está ese colaborador de Iker Jiménez que se arrodilla en el barro para mancharse los pantalones de lodo un instante antes de entrar en el directo, y hacer creer así a los televidentes que ha estado limpiando y ayudando en Valencia. Vean el vídeo.

Tengo entendido que el tal reportero de Iker Jiménez es además influencer que se autodenomina "revolucionario de la libertad" (o sea, libertario de la rama motosierra), en la linea ya mencionada de Ayuso y Milei. Y al parecer es el mismo que aseguraba con vehemencia que en determinado parking de Valencia había cientos de cadáveres.

Todo lo cual nos recuerda mucho a la desinformación y la intoxicación de la ultraderecha que padecimos durante la pandemia, con chips injertados mediante las vacunas y un programa genético para convertirnos en dinosaurios. Todo ello de nuevo obra de los comunistas.

Sin duda la telebasura, que en nuestro país abunda y tiene un enorme éxito de audiencia, hace mucho daño. Se están enriqueciendo vendiendo bulos y generando odio, pero eso solo es posible porque hay quien se los cree, los consume, y pide más.

La telebasura como modelo para la política, y la ultraderecha haciendo su agosto.

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