Vecinos y hosteleros de Toledo no faltan a su cita con las tradicionales migas de Nochebuena
Las calles de Toledo han vuelto a convertirse este miércoles en un punto de encuentro festivo con motivo de la tradicional cita con las migas en la tarde de Nochebuena, una costumbre profundamente arraigada en la capital castellanomanchega que cada 24 de diciembre reúne a vecinos, hosteleros y visitantes en torno a este plato popular. Desde primeras horas de la tarde, el casco histórico se ha ido llenando de ambiente navideño, con gorros de Papá Noel, panderetas, zambombas, brindis improvisados y un ir y venir constante de personas dispuestas a mantener viva una tradición que marca el inicio de la celebración familiar.
Los bares y tabernas han sido, un año más, protagonistas de una jornada en la que la gastronomía se convierte en excusa para el reencuentro. Uno de los ejemplos más destacados ha sido el de la cervecería El Trébol, donde su responsable, Ventura del Álamo, ha explicado en declaraciones a EFE que este 24 de diciembre se han repartido hasta 150 sartenes de migas, lo que supone cerca de 70 kilos de este plato, servidas como tapa junto a una bebida. “Es un día muy especial”, ha señalado, subrayando que “todo lo que se hace con cariño se disfruta” y celebrando que, en una fecha tan señalada, “el toledano pueda disfrutar de comida en la calle”.
El ambiente festivo ha sido constante durante toda la tarde, con grupos de amigos que recorrían distintos establecimientos del centro histórico en una especie de ruta informal marcada por las migas, la música y la convivencia. Aunque a esta tradición se suman también los turistas que visitan la ciudad durante las fiestas navideñas, lo cierto es que la cita mantiene un marcado carácter local. Las migas de Nochebuena siguen siendo, en esencia, una celebración “fundamentalmente toledana”, transmitida de generación en generación y muy vinculada a la identidad de la ciudad.
Así lo explica Carmela, una de las muchas vecinas que no ha querido faltar a la cita y que, junto a su grupo de amigos, ha iniciado un recorrido por varios bares del casco antiguo. Una ruta que, según comenta entre risas, durará “lo que aguante el cuerpo” y que forma parte inseparable de su manera de vivir la Nochebuena. Para muchos, este momento previo a la cena familiar es casi tan importante como la propia celebración nocturna.
También hay quienes regresan a Toledo expresamente para reencontrarse con esta tradición. Es el caso de Antonio, residente en Ribadesella, en Asturias, que ha vuelto a su ciudad natal por Navidad y ha comenzado la jornada desde la plaza del Teatro de Rojas, pandereta en mano. “Hay varios puntos por los que hay que pasar”, pronostica, convencido de que la tarde dará para mucho, incluida la música. No faltará tampoco la zambomba, de la que ironiza que “saca un ronquido especial, que da tranquilidad” en una tarde tan señalada como la de Nochebuena.
Más allá de la degustación de este plato tradicional, las migas suponen para muchos un momento de celebración compartida, de charla distendida y de reencuentro con amigos antes de la cena familiar. Así lo destaca Javier, natural de Sevilla pero toledano de adopción, que subraya el valor social de una costumbre que va más allá de lo gastronómico y que permite “celebrar juntos” el inicio de una de las noches más especiales del año.
La jornada también ha tenido un componente institucional. La vicealcaldesa de Toledo, Inés Cañizares, acompañada por otros concejales de la corporación municipal, ha visitado las dependencias de la Policía Local, Bomberos y Protección Civil para felicitarles la Navidad. Durante estas visitas, han compartido unas migas y un brindis navideño con los efectivos que permanecen de servicio durante las fiestas, reconociendo así su labor en unas fechas especialmente sensibles.
Con este ambiente de convivencia, tradición y celebración, Toledo ha vuelto a demostrar que la tarde de Nochebuena es mucho más que la antesala de la cena familiar: es una cita colectiva en la que la ciudad se reconoce a sí misma, se reencuentra en sus calles y celebra, alrededor de unas migas, el inicio de la Navidad.
