Preocupación en 'Supervivientes': un concursante activa el protocolo de abandono

Según recoge SEMANA, la tensión no para de aumentar en Supervivientes, en plena carrera por la final. Los concursantes se están viendo cada vez más superados por las circunstancias y los encontronazos no hacen, sino, multiplicarse por momentos. La falta de comida y las condiciones adversas están haciendo mella en su estado de ánimo, hasta el punto de que, en las últimas horas, uno de los supervivientes, incapaz de continuar, ha activado el protocolo de abandono.
La situación le ha superado y no ha dudado en extender a la organización de Supervivientes su intención de marcharse y poner punto final a su aventura en Honduras, aun cuando cada vez queda menos para conocer la fecha de la última gala. Noes la primera vez que se planta de esta manera, pero sí la vez que ha puesto más énfasis en el hecho.
La situación de Montoya se recrudece en Supervivientes, cada vez más solo y aislado
La tensión parece no tener fin en Supervivientes, con los nervios a flor de piel y los rifirrafes entre compañeros despuntados, a un nivel jamás visto en lo que llevamos de edición. El último de poner en jaque su permanencia en el reality más extremo de Telecinco ha sido Montoya. Está saturado, superado por las circunstancias, cada vez más aislado y solo a su entender. Ya no encuentra consuelo ni en la compañía de su exnovia, Anita Williams, quien está a la espera de hacerse una prueba de embarazo después de que Makoke sembrara las dudas sobre su estado durante la pasada gala de los domingos, Conexión Honduras, presentada por Sandra Barneda.
El hambre está haciendo estragos en los concursantes y más en Montoya. De hecho, ese ha sido el desencadenante que ha provocado que Montoya active el protocolo de abandono para no volver más. Se quiere ir cuanto antes y así se lo ha hecho saber a la organización de Supervivientes. El reparto de comida ha provocado una discusión mayúscula, como pocas, con el exconcursante de la isla de las tentaciones posicionándose a favor de que Terelu Campos se quedara con el pescado más pequeño que habían pescado.
"Aquí no se puede anteponer que Terelu coma más o menos… a mí no me parece, porque aquí somos todos iguales. Yo tengo opinión y yo digo que Terelu es una concursante igual que todos", señalaba Montoya, tajante, sin que nadie le hiciera demasiado caso, las cosas como son. Una postura de sus compañeros que le ha llevado al extremo y le ha hecho explotar como ya es común en él.
Montoya activa el protocolo de abandono en la recta final de Supervivientes, superado por las circunstancias
Al ver que nadie apoyaba su postura, Montoya se ha ido muy enfadado a la playa, seguido de Anita, que ha tratado de que entrara en razón sin conseguirlo. "No entendéis lo que yo he opinado, ¿no? ¿No lo entiendes? Yo me piro, esto es lamentable. Yo no siento nunca que mis opiniones… mis opiniones no valen para nada, mis opiniones van al retrete, todas, da igual...", ha comenzado a decir el superviviente al tiempo que no podía reprimir las lágrimas de la rabia. Sin pensárselo dos veces, ha activado el protocolo de abandono, ante la atenta mirada de Ania, que no podía creerse el nivel de tensión que estaba alcanzando todo.
"Yo soy el que condiciono, soy el manipulador, sol que da las opiniones… ¡yo soy el que está nominado! Nada, pues yo me iré por ser una persona egoísta, por ser una persona mala y que no comparte… pero nunca recogeré cable ni delante ni detrás. ¡Mojarse es lo que hay que hacer!", ha continuado diciendo Montoya mientras crecía la preocupación a su alrededor por el tono de sus palabras y por el malestar que se le veía estaba sintiendo, superadísimo por las circunstancias.
La complicada situación de Montoya en Supervivientes: bajo de ánimo e incomprendido por sus compañeros
Al verse incapaz de resolver la situación, Montoya se ha apartado del grupo y se ha marchado solo. Se siente incomprendido, que no le escuchan, aislado del resto, el malo malísimo de la película. Unas sensaciones que en las últimas semanas se le han hecho más presentes al concursante, con un ánimo minado y, cabe resaltar, sin recibir la visita de un familiar que pueda subirle la moral para afrontar con más entereza esta recta final de Supervivientes, como sí ha sucedido con la mayoría de sus compañeros.
De regreso a donde estaba el resto, Montoya ha continuado con la cantaleta que redirigía, de nuevo, hacia Anita. "Qué asco, que descarado… no se interesa nadie por mí… ¡Déjame en paz! Nadie se preocupa por mi por mi preocupación. A mí nadie me viene a preguntar, ni tu amigo Borja. Yo no condiciono a nadie, que la gente hable con quien quiera hablar, pero conmigo no habla nadie porque no quieren nada conmigo", continuaba el superviviente desconsolado, volviéndose a reafirmar en sus ganas de marcharse de Honduras ya.