Las redes sociales y los espacios físicos, principales canales de información en la Castilla-La Mancha rural

Las investigadoras de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) Belén Galletero Campos, Iván Navarro Flores y Vanesa Saiz Echezarreta han presentado el II Informe DESCOM, que analiza los ecosistemas mediáticos y la resiliencia informativa en las zonas rurales de Castilla-La Mancha. El documento constata que, en los municipios despoblados, la ciudadanía se informa sobre todo por WhatsApp, Facebook o espacios físicos como bares y comercios, y confía menos en los medios tradicionales, aunque les otorga mayor credibilidad.
Comunicación rural: entre la desconfianza y la resiliencia
El estudio, elaborado por el grupo de investigación Seminario Permanente de Estudios Contemporáneos de la Facultad de Comunicación de la UCLM, se basa en 529 encuestas presenciales realizadas en 21 municipios clasificados como despoblados según la Ley 2/2021 de la Junta de Castilla-La Mancha. La muestra abarca las cinco provincias y refleja una fuerte identificación territorial, unida a una preocupación casi unánime por la despoblación (el 88 % declara estar “muy” o “bastante” preocupado).
Sin embargo, la población rural percibe que el tema ocupa poco espacio en la agenda mediática nacional, y considera que los medios locales son insuficientes para cubrir sus intereses. Casi cuatro de cada diez encuestados creen que “hay poca información” sobre su municipio o que sus preocupaciones “no están bien representadas”.
Los bares, los móviles y Facebook superan a los medios clásicos
Entre los canales más utilizados para informarse destacan los grupos de WhatsApp y Facebook (80 %) y los bares y comercios (75 %), frente a la televisión (54 %), la radio (27 %) o la prensa (10 %). La paradoja se repite en la confianza: los medios menos consumidos —prensa y radio— son los que más fiabilidad inspiran (el 83 % y el 75 % creen poco probable encontrar noticias falsas), mientras que los más usados —redes sociales y conversaciones presenciales— son los más cuestionados, con más del 75 % que percibe alto riesgo de desinformación.
Además, el 15 % de la población no se informa por ninguna vía, y un 35 % cree que los medios no tienen impacto alguno en las zonas despobladas. Este escepticismo generalizado ha llevado a las autoras a subrayar la necesidad de reforzar la alfabetización mediática y de reconocer el papel comunitario de los medios de proximidad.
Media ensembles: los nuevos tejidos comunicativos
El informe introduce el concepto de “media ensemble”, que agrupa los canales institucionales, comunitarios y digitales que sostienen la comunicación cotidiana en el medio rural. En Castilla-La Mancha, los más habituales son las páginas de Facebook municipales, las aplicaciones de bando móvil, los grupos de mensajería institucional y las revistas o radios comunitarias.
La presencia de estos conjuntos comunicativos es más densa en el sur de la región (Toledo, Ciudad Real y parte de Albacete), donde se han identificado municipios “supercomunicadores” con cuatro o más canales activos. El informe detecta un “efecto contagio”: cuando un pueblo impulsa su comunicación institucional, los municipios vecinos tienden a imitar el modelo.
Arraigo, esperanza y nueva narrativa rural
Pese al diagnóstico crítico sobre la desinformación, el informe describe una “resiliencia comunicativa” creciente. Ocho de cada diez encuestados dicen sentirse integrados y orgullosos de su pueblo, y un 61 % mantiene una mirada optimista sobre el futuro. El 67 % afirma interesarse más por la actualidad local que por la nacional, y los temas más seguidos son medioambiente, cultura, economía y deporte, frente al escaso atractivo de la política (menos del 30 %).
Las investigadoras defienden que esta tendencia permite renovar el relato rural, desplazando el foco desde los “desiertos informativos” hacia las “geografías de la esperanza”, donde las iniciativas locales y los canales informales actúan como motores de cohesión y desarrollo.
II Jornadas DESCOM: diálogo entre universidad y territorio
El informe fue presentado durante las II Jornadas DESCOM sobre comunicación, despoblación y ruralidades, celebradas en la Facultad de Comunicación de la UCLM. El encuentro reunió a docentes, alumnado y ciudadanía en torno a talleres y debates sobre herramientas creativas para comunicar el medio rural, imaginarios mediáticos y narrativas locales.
Galletero destacó que el cambio conceptual del proyecto —de los “desiertos informativos” a la “resiliencia comunicativa”— supone “pasar de fijarse en lo que no hay a poner en valor lo que sí tiene el medio rural”. Por su parte, Saiz Echezarreta insistió en que “la desafección hacia los medios no solo proviene de la ciudadanía, sino también de las instituciones, que los tratan como simples transmisores, no como agentes estratégicos”.