La oposición coincide en criticar el “caos” del nuevo transporte urbano en Cuenca

La puesta en marcha del nuevo modelo de transporte urbano en Cuenca, estrenado este lunes, ha desatado una fuerte polémica política. Tanto el Grupo Municipal Popular como Cuenca en Marcha-Unidas por Cuenca han coincidido en denunciar un “auténtico caos” en el servicio, que a su juicio ha multiplicado los problemas de movilidad en la ciudad en lugar de resolverlos.
El inicio del nuevo sistema, diseñado por el equipo de Gobierno socialista y que obliga a canalizar la mayoría de trayectos a través de un intercambiador central, ha sido objeto de duras críticas desde la oposición municipal.
Desde el PP, su portavoz Bea Jiménez ha lamentado que “lejos de mejorar el servicio, el resultado es un cúmulo de fallos y desorganización que perjudican directamente a los usuarios”. Entre las deficiencias señaladas se encuentran paradas mal señalizadas, ausencia de referencias claras en la calzada y una aplicación móvil que no ofrece información en tiempo real ni facilita la planificación de trayectos. Jiménez ha reprochado también la falta de información útil a la ciudadanía y la ausencia del dispositivo de informadores que, según recuerda, se había anunciado para explicar el nuevo sistema. “El transporte público debía ser una solución para facilitar la movilidad en Cuenca y se ha convertido en un problema añadido”, ha subrayado.
Además, el Grupo Popular ha recordado que ya pidió en su momento no prorrogar el contrato de transporte y licitar uno nuevo. “Ahora tenemos un contrato prorrogado hasta 2027, una modificación de líneas y un servicio peor que el anterior”, ha apuntado Jiménez, que exige al Gobierno municipal corregir las deficiencias y escuchar a los usuarios.
Por su parte, el concejal de Cuenca en Marcha, Pablo García, ha criticado que la reorganización de las líneas está provocando tiempos de viaje desproporcionados. Según denuncian, trayectos que antes se resolvían en pocos minutos llegan ahora a superar la hora. “Obligar a pasar por el intercambiador multiplica los tiempos de viaje y convierte el servicio en algo ineficaz e inútil”, ha señalado.
La formación también ha incidido en el mal funcionamiento de la aplicación móvil, que “sigue mostrando información de las antiguas líneas, ofrece tiempos de espera erróneos y genera errores constantes”. Para Cuenca en Marcha, el modelo actual “no tiene sentido en una ciudad como Cuenca”, donde la mayoría de usuarios utilizan el autobús para desplazamientos largos.
El grupo exige una rectificación inmediata y considera imprescindible replantear el modelo por completo para garantizar un transporte público “útil, rápido y digno”. Además, insiste en que la gestión directa del servicio sería la fórmula más adecuada para evitar depender de contratos prorrogados.
De este modo, la oposición municipal, desde posiciones políticas diferentes, ha coincidido en calificar el arranque del nuevo sistema de transporte urbano como caótico y perjudicial para la ciudadanía, reclamando al Gobierno local una solución urgente que recupere la confianza de los usuarios.