Pobreza esencial
No, no estamos hablando de la pobreza de espíritu, si no de la que no permite llegar a fin de mes o adquirir determinados alimentos. Ese índice vergonzoso que nos sitúa como el cuarto país de la Unión Europea con más población en riesgo de exclusión.
Quiere esto decir que doce millones y medio de españoles viven al filo de la pobreza. Que la tasa de pobreza infantil es la más alta de la UE y sin visos de mejora. Que las familias monoparentales, con una mujer al cargo, son las más vulnerables. Porque las mujeres siguen estando en mayor riesgo que los hombres, y los datos no mejoran.
Viene esta introducción a cuento de la recogida de donaciones de los Bancos de Alimentos, que este fin de semana se encontrarán si van a hacer la compra. Se piden alimentos no perecederos, pero, sobre todo, donaciones de dinero. Y es eficaz, y sirve, ¿Quién no ha visto las largas colas de ciudadanos con sus carritos a la puerta de los locales, donde se reparten alimentos básicos para sobrevivir?
Pero la pregunta siguiente es: que tipo de sociedad estamos tolerando cuando los poderes públicos, es decir, las administraciones que hemos elegido para gobernar este país son incapaces, no sólo de mejorar las estadísticas, sino de consentir que, incluso, empeoren.
Se tolera que haya desaparecido el Estado del bienestar y sea sustituido por el de la caridad. Y está muy bien la solidaridad y la ayuda al prójimo, faceta está en la que los españoles somos campeones. Pero deberíamos ser más exigentes con el Gobierno y el tan cacareado sistema fiscal que es incapaz de hacer llegar lo recaudado a quien más lo necesita.
Sánchez, que ha participado esta semana en Brasil en el inicio de la cumbre del clima, ha relatado que "España ya es un referente en transición ecológica" y que su Gobierno invertirá cuarenta y cinco millones de euros en programas climáticos. Y esta muy bien, el cambio climático es un riesgo de pobreza importantísimo, como también es responsable de tragedias como la de la DANA de Valencia. Pero el riesgo de pobreza de doce millones y medio de personas es aquí y ahora.
Levantemos la voz para exigir que ese lema de Hacienda de "lo que das vuelve" sea verdad y que además llegue a los que más lo necesitan.