Bronca en casa

Mientras Pedro Sánchez defendía en Bruselas un tema, que la comisión consideró no prioritario, como es el fin del cambio horario, en Madrid la bronca política llegaba al interior de Moncloa.

Tras la dura oposición con la que Podemos intenta marcar el resto de la legislativa, Sumar trata de encontrar su sitio, levantar cabeza y salir del pozo en que la colocan las encuestas. Parece que ahora, Gobierno y oposición, se han dado cuenta de que la falta de vivienda es uno de los problemas prioritarios para los ciudadanos, incluso el más acuciante. De ahí la exigencia, con amenazas veladas de exigir su dimisión, hacia la sonriente ministra del ramo Isabel Rodríguez. Como si no fuera con ella, aseguró que, las críticas a su falta de iniciativa, eran el deseo de hacerse notar. Pero la portavoz de Sumar sólo reflejó lo que es una evidencia. Y, por si fuera poca la tensión en el seno de la coalición, la vicepresidenta Yolanda Diaz, en un lapsus en el Senado (en que estaría pensando), describió al Ejecutivo, del que forma parte, como "Gobierno corrupto". Lapsus linguae que denota su preocupación por las últimas noticias sobre la financiación del PSOE que van a llevar ante el juez al antiguo responsable de las cuentas en Ferraz y a la secretaria que entregó los sobres en efectivo para Ábalos.

Pese a que el solvente ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha anunciado la próxima presentación de los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso, su aprobación es una entelequia, por no decir un fracaso anunciado. Y, sin dinero, no habrá inversión en nueva vivienda pública ni en el resto del Estado del bienestar Las Comunidades Autónomas en manos del PP seguirán asfixiando a la Sanidad y la Educación pública; la vida de las mujeres que denuncian a su maltratador, y no sirve de nada la orden de alejamiento, seguirán siendo asesinadas (la última una joven de veintiún años en Madrid); no funcionarán los cribados contra el cáncer porque no hay radiólogos etc. Menos mal que los enfermos de ELA van a recibir las subvenciones que hace años se les prometió.

Ajenos al malestar ciudadano, los senadores del PP rompían en carcajadas y aplausos, hasta dolerles las manos, ante el lapsus de la vicepresidenta, porque la corrupción se ha convertido en su principal arma de oposición en este otoño. Precisamente en las mismas fechas en que se juzga la última de las causas de la Gürtel... Y así seguimos.

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