Ánimo, Alberto
"Ánimo, Alberto", le dijo el Presidente del Gobierno al líder de la Oposición, Alberto Núñez Feijóo, y lo dijo sin poder evitar ese tono un tanto despectivo y chulesco mientras Feijóo le escuchaba sin mover una ceja. Al margen de las formas, no le falta razón a Sánchez. El líder del PP, pese a que las encuestas le son favorables, salvo la encuesta-broma del CIS, va a necesitar mantener el ánimo.
Hasta donde me alcanza la memoria desde que Suárez llegó a Moncloa, nunca un líder de la Oposición lo ha tenido más difícil que el actual presidente del PP. Su adversario principal, sin duda, es el PSOE que, junto con el PP, son los únicos partidos que pueden aspirar a ganar las elecciones.
Pero el sanchismo, que no el PSOE que ya no existe, es mucho sanchismo pero no tanto por sus virtudes, sino por su extraordinaria capacidad para moverse en la objetiva adversidad. Tienen el guion bien estudiando: el PP parece abducido por Vox, Feijóo no manda y es Diaz Ayuso quien le mueve la silla y, por supuesto, un eventual triunfo del PP supondría un drástico retroceso en los derechos y libertades de los ciudadanos con la agravante de que para formar gobierno necesitaría de VOX.
A Núñez Feijóo no hay que decirle que se equilibre. Él es un hombre equilibrado y paciente. Es bien consciente del terreno que pisa, otra cosa es que acierte en su estrategia y aquí viene la cuestión más de fondo. A su derecha tiene un partido, VOX, que sin dar un palo al agua, las encuestas le dan al alza. A VOX le importa más influir que gobernar. Prefiere hacerse notar con propuestas imposibles y que nada arreglan y dar todas las bofetadas posibles al PP. Aquí radica su esperanza. Desgastar al PP pese a compartir con ellos más de un Gobierno. Esta alianza no debería repetirse bajo ningún concepto. VOX no es un socio fiable ni deseable para el PP. ¿Cómo puede Feijóo desactivar al partido de Abascal?. No pareciéndose a ellos, pero con esto no basta y es ahí donde el PP debe dedicarse a reflexionar sobre la estrategia más eficaz.
Feijóo lo tiene más fácil con el sanchismo. Hay tantas rendijas por donde hacer Oposición que la clave está en elegir bien por cuál de ellas colarse. Sin duda la clase media es su gran nicho electoral. Pero tampoco basta.
No basta con encontrar la rendija. Más importante es no dársela y en los últimos tiempos, sobre todo en Madrid, se lo han puesto muy fácil con el inesperado e innecesario tema del aborto, que siendo un asunto importante, parece mentira que ni Ayuso ni Almeida hayan calculado la reacción del Gobierno dándole arsenal para, de nuevo, colocar al PP como un partido perseguidor de las mujeres. Un buen tanto para movilizar a una izquierda que parece estar en cierta decadencia.
Ánimo, Alberto, no para ir a la campaña electoral. Ánimo para poner un cierto orden interno. Demasiados portavoces, demasiadas voces... Un partido no debe ser una secta, pero sí "ordenado" en el que la disciplina no sea un bozal, sino un compromiso. En este punto siempre el socialismo lo ha tenido claro y no le ha ido tan mal.
Feijóo tiene que batallar a su izquierda y a su derecha con el agravante de que la subida de VOX le da aire a Sánchez para presentarse como único dique frente al retroceso de derechos y de paso ningunear a Feijóo. "Usted es la nada", le dijo Sánchez a Feijóo.
Alberto necesita ánimo no para asumir sus responsabilidades, sino para continuar sin mover una ceja cuando quien se lo desea es precisamente Pedro Sánchez. Ánimo para no entrar en los debates que el sanchismo desea y ánimo para dar un puñetazo en la mesa cuando son los suyos quienes le llevan a jardines que no le interesa visitar.