Muere una niña de 6 años y otra de 4 en la UCI tras visitar la misma clínica dental
Los hechos se desarrollaron el jueves por la mañana en una clínica dental privada de Alzira. La primera alerta la dio una menor de cuatro años, trasladada de urgencia al Hospital de la Ribera con síntomas de fiebre, vómitos y somnolencia. Poco después, otra niña de seis años, tratada también en el mismo establecimiento, ingresó en parada cardiorrespiratoria y murió a pesar de las maniobras de reanimación. Las autoridades sanitarias han suspendido la actividad del centro mientras se esclarecen las causas.
La niña de seis años llegó al Hospital de la Ribera en estado crítico tras haber recibido por la mañana un tratamiento que incluía varias extracciones dentales y empastes. Según ha trascendido, durante la intervención se utilizó una sedación administrada por vía intravenosa. La menor fue trasladada de urgencia, pero los pediatras no pudieron revertir la parada cardiorrespiratoria y falleció al poco tiempo.
Horas antes, una niña de cuatro años tratada igualmente en el centro había sido ingresada con un cuadro de malestar que incluía vómitos, fiebre elevada y somnolencia persistente. Tras su estabilización, fue derivada al Hospital Clínico Universitario de Valencia, donde continúa en la UCI pediátrica con evolución estable.
La Conselleria de Sanitat ha abierto un expediente informativo y ha decretado el cierre cautelar de la clínica mientras se analizan los protocolos aplicados, el material empleado y la documentación del personal sanitario que intervino. Asimismo, el caso ya está judicializado en el Juzgado de Instrucción número 5 de Alzira.
Uno de los puntos centrales de la investigación es la ausencia de autorización para realizar sedación intravenosa. La normativa valenciana exige permisos específicos para aplicar este tipo de técnicas anestésicas, mucho más complejas que la anestesia local habitual en odontología. La clínica figuraba únicamente como centro de odontología-estomatología, sin indicación de estar habilitada para sedaciones profundas o procedimientos similares.
La responsable de la clínica ha asegurado que el procedimiento realizado a la niña fallecida no implicaba anestesia general, sino una sedación supervisada, y que la menor fue dada de alta “aparentemente bien”. Sin embargo, los familiares sostienen que la niña comenzó a presentar síntomas de somnolencia intensa, vómitos y dificultades para respirar durante las horas posteriores a la intervención.
Organizaciones profesionales de anestesiología han recordado que las sedaciones en menores requieren una vigilancia extremadamente estricta y deben realizarse en centros con equipamiento de emergencia y personal especializado, ya que incluso procedimientos aparentemente rutinarios pueden derivar en complicaciones graves si no se cumplen los protocolos.