Torrijos clama unidad y justicia tras el asesinato machista de Rossmery, de 39 años

El municipio toledano vivió una jornada de conmoción y unidad tras el asesinato de Rossmery, de 39 años, presuntamente a manos de su pareja. Decenas de vecinos, autoridades regionales y representantes municipales guardaron un minuto de silencio en un acto cargado de emoción y determinación para decir “basta” a la violencia machista, en un día marcado por el duelo, la reflexión y el compromiso de reforzar la protección a las mujeres.
El municipio toledano de Torrijos se ha unido este jueves en un multitudinario minuto de silencio en repulsa por el asesinato de Rossmery, de 39 años, por parte de su pareja y para decir 'basta' a la violencia machista - EFE/Ismael Herrero
El municipio toledano de Torrijos se ha unido este jueves en un multitudinario minuto de silencio en repulsa por el asesinato de Rossmery, de 39 años, por parte de su pareja y para decir 'basta' a la violencia machista - EFE/Ismael Herrero

En la plaza del Ayuntamiento de Torrijos (Toledo) apenas se oía un murmullo antes de que comenzara el minuto de silencio convocado al mediodía. Un silencio denso, quebrado por la emoción contenida, envolvía a los vecinos que se acercaron para arropar a la familia de Rossmery, asesinada el día anterior en su propio domicilio. La presencia de autoridades regionales, entre ellas la consejera de Igualdad, Sara Simón, además del alcalde, Andrés Martín, y la concejala de Mujer, Marta Flores, dotó al acto de un tono institucional pero profundamente humano. Fue una muestra colectiva de duelo en un municipio que se reconoce herido y que exige respuestas, recursos y unidad para enfrentar una tragedia que deja a tres menores huérfanos y a toda una comunidad en estado de conmoción.

Un pueblo con el corazón roto

La concejala de Servicios Sociales y Familia, Marta Flores, tomó la palabra para abrir un acto en el que la emoción era palpable. “Con el corazón roto y el alma encogida”, así describió el estado de ánimo de un pueblo que ha visto cómo la violencia machista se ha abierto paso en sus calles de forma brutal. Habló de una tristeza que atraviesa “las calles, las casas y la vida” del municipio y de un dolor difícil de expresar. “No hay palabras que puedan describir lo que sentimos”, afirmó con voz firme pese a la evidente contención.

Flores, visiblemente afectada, quiso subrayar que el municipio ofrecerá “una unidad firme, sincera y valiente” para que la memoria de su vecina no quede envuelta en el horror, sino en un compromiso colectivo. Reivindicó que Torrijos no tolera la violencia de género, no acepta la indiferencia y se compromete a trabajar “sin descanso” para proteger, acompañar y escuchar a todas las mujeres.

Subrayó que cada asesinato machista “abre una herida en toda la comunidad”, porque cada agresión también impacta en la sociedad en su conjunto. Hizo un reconocimiento público a la labor de la Policía Local, la Guardia Civil y el Centro de la Mujer, cuyos profesionales reaccionaron con rapidez y profesionalidad ante la situación. El centro, señaló, estuvo “a la altura en el peor momento jamás vivido”, prestando acompañamiento inmediato y especializado.

El crimen que sacude a Torrijos

El asesinato se produjo el miércoles alrededor de las 13:10 horas en la vivienda en la que convivían la víctima y el presunto agresor. Según fuentes de la investigación, Rossmery murió tras ser agredida con un arma blanca. En la casa estaban presentes dos de sus hijos, de 3 y 8 años, que presenciaron la escena. La hija mayor, de 17, se encontraba en su instituto.

El presunto autor, de 45 años, era pareja estable de la mujer y padre de los tres menores. Tras la agresión, se autolesionó y fue trasladado en estado grave al Hospital Universitario de Toledo, donde permanece ingresado en la UCI bajo custodia policial después de haber sido intervenido quirúrgicamente. Cuando recupere la consciencia, será interrogado por la Guardia Civil.

Rossmery, de 39 años, había acudió el pasado octubre al Centro de la Mujer de Torrijos manifestando que sufría violencia verbal y control por parte de su pareja. Aunque no presentó una denuncia formal, estaba recibiendo atención psicológica y jurídica, y las profesionales del recurso la estaban animando a denunciar para activar los sistemas de protección.

La mujer había abandonado recientemente el domicilio y se encontraba viviendo con una amiga, en cuya vivienda se alojaba también junto a sus hijos. Sin embargo, había regresado al hogar días antes del crimen. Tras el asesinato, los tres menores han quedado bajo custodia provisional de la amiga que ya los acogía, mientras los servicios sociales valoran junto a otros familiares, especialmente en Nambroca, cuál será la mejor opción para su futuro.

El Gobierno regional ha activado todos los protocolos de acompañamiento a los menores, que reciben asistencia psicológica desde el primer momento.

El Gobierno de Castilla-La Mancha se persona en la causa

La consejera de Igualdad, Sara Simón, se desplazó hasta Torrijos para participar en el minuto de silencio y para trasladar el apoyo del Ejecutivo regional. “Hay una vida que se ha truncado y unos niños y una adolescente a los que les han robado la mitad de su vida”, señaló ante los medios. Subrayó que el Gobierno autonómico se personará como acusación en la causa y que no se escatimarán recursos para ofrecer todo el soporte psicológico, social y económico que los menores necesiten.

Simón recordó que en Castilla-La Mancha más de 5.700 mujeres cuentan con algún tipo de protección activa o están en el sistema VioGén, un sistema que calificó de eficaz, aunque mejorable. “Tenemos que seguir avanzando por este camino”, afirmó, insistiendo en que los mecanismos funcionan pero deben reforzarse para evitar que ninguna mujer quede desprotegida.

Lanzó también un mensaje político contundente: la necesidad de frenar los discursos que relativizan o niegan la violencia machista. “El machismo mata, el negacionismo también mata”, advirtió, señalando que este tipo de discursos desincentiva a muchas mujeres a denunciar porque creen que no va a servir de nada. Lamentó que Rossmery no llegara a formalizar una denuncia, a pesar de estar recibiendo apoyo especializado: “Se ha dado todo el soporte que se ha pedido, pero tristemente no hemos podido ayudarla”.

La consejera también quiso subrayar que esta tragedia constituye el segundo asesinato por violencia machista registrado en Castilla-La Mancha en lo que va de año y que la cifra obliga a reflexionar y a reforzar la coordinación institucional para evitar situaciones similares.

El alcalde pide respeto y sensibilidad: “Estamos de luto y necesitamos unidad”

El alcalde de Torrijos, Andrés Martín, tomó la palabra para pedir a los medios “el mayor respeto y sensibilidad posible” en el tratamiento informativo del caso. Insistió en evitar el sensacionalismo y en centrarse en la dignidad de la víctima y en el dolor de los menores.

Hoy es un día triste para todos, porque nos falta una vecina y hay unos niños que van a sufrir unas consecuencias”, lamentó. Destacó que el Ayuntamiento se mantendrá “firme y al pie del cañón” para denunciar la violencia machista y trabajar para que no haya “ni una víctima más”.

Martín apeló a una reflexión conjunta: “Cuando hay una muerte, el pueblo se hace un poco más pequeño”, dijo. Valoró la imagen de unidad de “hombres y mujeres, de diferentes edades y signos políticos” concentrados frente al Ayuntamiento para mostrar que el rechazo a la violencia machista es amplio y transversal.

Pidió además unidad política y una coordinación efectiva entre administraciones para que ningún caso “se pierda en el limbo por ningún trámite administrativo”, subrayando que la prevención y el acompañamiento deben funcionar sin fisuras.

Torrijos dice “basta”: la voz colectiva contra la violencia machista

En la concentración, las palabras más repetidas fueron “unidad”, “dolor” y “basta”. La concejala Marta Flores habló en nombre de un municipio profundamente golpeado: “Un pueblo que dice basta y que no permitirá que la memoria de Rossmery quede envuelta solo en horror, sino en dignidad, justicia y lucha compartida por un futuro sin violencia”.

La consejera Simón también dejó un mensaje que resonó entre los asistentes: “Porque nunca más tengamos que llorar un asesinato machista, porque nunca más perdamos a ninguna Rossmery y porque nunca más ningún niño se quede sin su madre.

Ambas intervenciones reflejaron no solo el dolor inmediato, sino la determinación política y social de evitar que tragedias como esta vuelvan a repetirse.

Una comunidad que busca reconstruirse

Tras el minuto de silencio, y ya en un ambiente algo más sereno, se trasladó un mensaje claro: Torrijos necesita reconstruirse, y lo hará desde el acompañamiento a los menores, el apoyo a la familia, y el refuerzo de la red de protección a las mujeres.

La consejera explicó que se está evaluando si los menores podrán vivir con otros familiares o si será necesario buscar soluciones alternativas. El Ayuntamiento, por su parte, ha reafirmado su compromiso para reforzar la prevención, la atención integral y el apoyo emocional a los vecinos en un momento que ha dejado al pueblo sumido en un profundo duelo.

El asesinato de Rossmery supone un golpe especialmente duro por la cercanía, la edad de los menores y la crudeza de los hechos. La comunidad, sin embargo, ha respondido con un clamor firme y unánime contra la violencia machista. La jornada del jueves no borró el dolor, pero sí dejó una imagen poderosa: la de un pueblo que se niega a mirar hacia otro lado y que acompaña a quienes hoy más sufren.

Recursos de ayuda contra la violencia machista

Las autoridades recordaron que cualquier persona puede pedir ayuda a través de los siguientes servicios:
016 —no deja rastro en la factura
016-online@igualdad.gob.es
WhatsApp 600 000 016
112, 091, 062
AlertCops, aplicación con envío de alerta geolocalizada
900 100 114, línea regional gratuita y anónima

Concentración silenciosa por el asesinato machista ocurrido en Torrijos

Comentarios