Talavera de la Reina llora la pérdida del Puente Viejo, un símbolo cultural de la ciudad

Los talaveranos lloran este domingo la pérdida del Puente Viejo, que no es solo un medio de paso para la ciudad, sino un símbolo identitario que todos recuerdan con gran cariño, desde su niñez hasta su vejez.
La ciudad lleva días viendo cómo el río Tajo a su paso por Talavera iba aumentado su caudal, en una calma tensa que se ha roto esta madrugada, cuando el alcalde de la ciudad ha anunciado en redes sociales que el caudal del río, que ha superado los 1.400 metros cuadrados por segundo, se ha llevado por delante dos tramos del puente.
Los trasnochadores fueron los primeros en enterarse de la amarga noticia, que rápidamente se difundió por redes sociales, pero muchos vecinos de Talavera se han despertado este domingo con una mala sensación, como si hubieran perdido una parte de ellos.
A primera hora de la mañana, los más madrugadores se acercaban con la esperanza de que no fuera cierto, en un día soleado después de semanas de lluvias.
Los vecinos miraban incrédulamente a “su puente”, mientras muchos inmortalizaban la escena con sus teléfonos para compartirla con sus familiares que aún no se creían la noticia, o los que esperaban que los vídeos que habían visto en redes fueran falsos.
El alcalde de Talavera de la Reina, José Julián Gregorio, formaba parte de ese grupo que se habían acercado a los aledaños del puente, rodeado de vecinos que le expresaban que esto “se tiene que solucionar”, a lo que el alcalde asentía, tranquilizando a los ciudadanos.
El mensaje del ayuntamiento ha sido claro desde primera hora de la mañana, garantizando que se va a hacer todo lo posible para devolver a Talavera “su puente”.
Un mensaje que ha calado rápidamente en todas las autoridades: desde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha escrito un mensaje en sus redes sociales, hasta al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, o el jefe del Ejecutivo castellanomanchego, Emiliano García-Page, que han visitado la zona para solidarizarse con los vecinos.
Todos han ofrecido su colaboración para reconstruir el bien, uno de los más antiguos de la provincia de Toledo, pues la primera referencia de su construcción data del año 1227
Un vecino, con ojos llenos de nostalgia, compartía con EFE su malestar: “Al final te acostumbras a lo que tienes y ves todos los días, dejas de valorar lo que es tuyo para mirar lo de fuera. Ahora que lo perdemos, lo vamos a echar de menos”, asegura.
Los más afectados, pañuelo en mano, se secaban las lágrimas en esta amarga mañana de domingo y rendían una especial y dolorosa despedida al puente, acompañados de un atronador sonido producido por la fuerza del caudal del Tajo.
Los mayores de la zona, emocionados, deseaban “ojalá poder ver una última vez en pie el puente” y recordaban el pasado, cuando tuvieron que vivir la misma situación cuando se derrumbó.
El parque de los Sifones ha sido el recuerdo más compartido por todos los vecinos: infinidad de paseos por el puente, a pie o en bicicleta, para reunirse con amigos y poder disfrutar de su compañía. O el ir a comer en familia a la Presilla de la mano de los padres, cruzando por el puente, relatan.
Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, muchos vecinos se han preguntado por dónde pasará la procesión del silencio, ya que con la caída del puente romano se ha perdido parte del recorrido tan característico de esta procesión del Miércoles Santo.
El tráfico en las calles adyacentes era complicado y lento, todos los conductores sentían la obligación de girar la cabeza y mirar a través de la ventanilla para poder contemplar una escena que llena de tristeza.
UNO DE LOS MÁS ANTIGUOS DE LA PROVINCIA DE TOLEDO
El Puente Viejo de Talavera de la Reina, Bien de Interés Cultural (BIC), es uno de los más antiguos de la provincia de Toledo, pues la primera referencia de su construcción data del año 1227.
Según el Ayuntamiento de la ciudad, el Puente Viejo de Talavera, denominado también puente de Santa Catalina, tiene una longitud de 61 metros y una altura de 4, y fue el rey Fernando III quien dio la orden de controlar el flujo comercial en los puentes que cruzaban el Tajo.
Los documentos de la época reflejan que el puente pudo albergar unos 22 arcos, gran parte de ellos distintos entre sí dado que se fueron modificando durante el transcurso de las obras de reconstrucción a lo largo de los siglos.
De hecho el puente contaba con arcos de medio punto, alzado peraltado, media circunferencia o perfil apuntado.
A lo largo de su historia el puente ha sido objeto de diferentes obras de conservación.
En la primera mitad del siglo XV el puente se encontraba muy deteriorado por lo que el Concejo, una institución municipal responsable directa de la vecindad que imperó en el periodo medieval, emprendió una serie de reformas para su reconstrucción.
Están documentadas las obras que se realizaron entre 1450 y 1459.
Durante el siglo XIX el Puente se vio afectado en algunos tramos a causa de las lluvias por lo que fue objeto de reparaciones en los años 1815, 1835, 1841 o 1850 según consta en el Archivo Municipal de Talavera.
También, según el Consistorio talaverano, se tiene constancia documental de la aplicación de pontones y entablados de madera que se llevaron a cabo entre el siglo XV hasta el XX.
Desde el siglo XVII se empezó a utilizar en la reconstrucción el ladrillo de tejar, y a partir de la primera mitad del XX el Puente Viejo fue reforzado con ladrillo de gafa y mortero de cemento, al tiempo que se instalaron vigas de metal entre los vanos de las pilas para soportar el tablero.
A comienzos del año 2000, cuando se puso en marcha el proyecto de Ordenación hidráulica del río Tajo entre Bolarque y Talavera, el puente se fue adaptando para que lo utilizaran ciclistas y peatones.