La población de las 26 zonas despobladas de Castilla-La Mancha ha aumentado en 4.672 personas
La Junta de Castilla-La Mancha ha confirmado que la Estrategia Regional frente a la Despoblación está empezando a producir resultados visibles y medibles en el territorio. A 1 de enero de 2025, las 26 zonas identificadas como afectadas por la despoblación suman 4.672 habitantes más respecto a 2021, una evolución demográfica que se sustenta en un saldo migratorio neto de 15.423 personas, reflejo de la atracción creciente que empiezan a mostrar los pequeños municipios de la región.
La revisión intermedia, prevista para 2025 y ejecutada este año, ha permitido evaluar la eficacia de la Estrategia y actualizarla con nuevas actuaciones, confirmando que la herramienta está cumpliendo sus objetivos iniciales. Durante su intervención tras presidir el Consejo Regional de Desarrollo Rural y Despoblación en el Palacio de Fuensalida, el vicepresidente primero del Gobierno regional, José Luis Martínez Guijarro, destacó que los datos demuestran que el proceso de repoblación ya es perceptible y que las políticas aplicadas han generado un punto de inflexión en territorios históricamente castigados por la pérdida de población.
El análisis de estos primeros tres años de aplicación evidencia el impacto de una Estrategia que nació para reducir las desigualdades entre territorios y generar un entorno más atractivo para vivir, emprender y mantener servicios esenciales. Con una ejecución del 52 por ciento de las 210 actuaciones inicialmente previstas y una inversión que supera ampliamente las estimaciones, el Gobierno regional considera que el rumbo de la Estrategia es positivo y que corresponde ahora reforzarla, ampliarla y adaptarla a las nuevas necesidades detectadas en los pueblos de menor tamaño.
Una Estrategia que supera previsiones y confirma un cambio de tendencia demográfica
Desde su aprobación en 2021, la Estrategia Regional frente a la Despoblación se planteó como una herramienta transversal, con impacto en movilidad, vivienda, empleo, energía, cohesión social y servicios públicos. Tres años después, los primeros resultados consolidan la percepción de que se está frenando la tendencia negativa y se está produciendo un crecimiento poblacional que no se registraba desde hace décadas en las zonas más despobladas de Castilla-La Mancha.
Martínez Guijarro subrayó que una de cada cuatro personas que llegan a vivir a Castilla-La Mancha eligen una de las zonas afectadas por la despoblación, un indicador de enorme relevancia que muestra que el medio rural, lejos de perder atractivo, lo está recuperando a buen ritmo. Este fenómeno se relaciona directamente con el despliegue de servicios públicos reforzados, incentivos económicos, mejoras de conectividad y políticas centradas en garantizar igualdad de oportunidades independientemente del lugar de residencia.
El vicepresidente recordó que la Estrategia contemplaba 210 medidas, de las cuales el 96 por ciento ya están en desarrollo, demostrando un nivel de cumplimiento muy superior al previsto para este momento. En términos de ejecución temporal, apenas ha transcurrido un 30 por ciento del periodo total, pero el grado de avance de las actuaciones supera el 52 por ciento, lo que anticipa que los objetivos fijados para 2031 podrán alcanzarse —o incluso superarse— si se mantiene el ritmo actual.
Un esfuerzo presupuestario extraordinario
En el plano financiero, los datos también ofrecen una lectura muy favorable. El Gobierno regional ha destinado 1.854 millones de euros durante los tres primeros años de aplicación de la Estrategia, lo que supone el 140 por ciento del presupuesto inicialmente contemplado para ese periodo, fijado en 1.319 millones.
El vicepresidente destacó que esta inversión refleja la prioridad que la lucha contra la despoblación tiene para el Ejecutivo autonómico: “cada día hemos destinado cinco millones de euros a las políticas frente a la despoblación”, señaló. Este esfuerzo presupuestario ha permitido acelerar muchos de los proyectos previstos, reforzar servicios esenciales —como transporte, educación o atención sanitaria— y ofrecer nuevos incentivos para la instalación de empresas y autónomos en localidades de menor tamaño.
La inversión también se ha traducido en mejoras en infraestructuras, accesibilidad, transporte y digitalización, factores clave para fijar población en el territorio y atraer nuevos habitantes. En numerosas localidades, la expansión de la conectividad, la mejora de carreteras o la modernización de equipamientos públicos han permitido elevar el nivel de calidad de vida y reforzar la competitividad económica.
Cincuenta modificaciones y 13 nuevas medidas para reforzar la Estrategia
La revisión intermedia no solo ha servido para evaluar los avances, sino también para actualizar el contenido de la Estrategia y adaptarla a las necesidades emergentes. De este proceso de participación, que se ha desarrollado durante 2025, han surgido 50 modificaciones destinadas a reorientar políticas, fusionar actuaciones y mejorar la eficacia del conjunto.
Además, se incorporan 13 nuevas medidas, entre las que destaca la puesta en marcha de un bono de transporte rural, una herramienta que completará el despliegue del Transporte Sensible a la Demanda, ya implantado en toda la comunidad autónoma. Esta medida pretende facilitar la movilidad de quienes viven en pueblos pequeños, conectarlos con servicios y centros comarcales y contribuir a la igualdad territorial.
Otra medida relevante es la creación de una tarifa plana para autónomos del medio rural, destinada a favorecer el emprendimiento en los municipios con menor población. El plan incluirá también nuevas líneas de financiación para pequeñas cooperativas y sociedades anónimas laborales, con el fin de impulsar iniciativas que presten servicios esenciales en el territorio.
La vivienda, una prioridad estratégica
Entre las nuevas actuaciones destaca especialmente la puesta en marcha de un programa específico de vivienda en el medio rural, una de las necesidades más señaladas por los ayuntamientos y la ciudadanía. La falta de vivienda disponible —o su mal estado— es uno de los principales obstáculos para atraer nuevos habitantes, especialmente familias jóvenes.
El Ejecutivo regional desarrollará este programa en colaboración con los ayuntamientos, que recibirán apoyo para resolver problemas urbanísticos, rehabilitar inmuebles y facilitar el acceso a vivienda asequible. Esta actuación se complementará con el desarrollo de comunidades energéticas locales, que permitirán a los municipios reducir sus costes energéticos, avanzar hacia la autosuficiencia y mejorar su atractivo como lugar para vivir.
El Gobierno prevé también la aprobación del Estatuto de los Pequeños Municipios de Castilla-La Mancha, una demanda histórica que busca dotar de mayor reconocimiento y herramientas a las localidades con menor población, garantizando su financiación y reforzando su autonomía de gestión.
Con estas incorporaciones, la Estrategia pasa de 210 a 216 actuaciones, lo que implica un incremento presupuestario de 25 millones de euros, hasta alcanzar los 3.347 millones.
Un camino que empieza a mostrar resultados sólidos
Durante el Consejo Regional de Desarrollo Rural y Despoblación —en el que participaron también el comisionado del Reto Demográfico, representantes sindicales de CCOO y UGT, la patronal CECAM y RECAMDER— se concluyó que la Estrategia “comienza a dar resultados objetivos”.
Más allá de las cifras, el Gobierno regional sostiene que la percepción pública está cambiando: en muchos pueblos, los servicios se mantienen, la llegada de nuevas familias permite sostener escuelas o centros de salud, y se están generando oportunidades económicas que hace una década habrían parecido improbables.
El vicepresidente insistió en que estos datos no deben interpretarse como un objetivo alcanzado, sino como una señal de que el camino emprendido es el correcto. A partir de la aprobación de las modificaciones propuestas, la Estrategia afrontará una nueva fase, con actuaciones reforzadas, más presupuesto y un enfoque renovado para garantizar que el medio rural se consolide como un espacio de oportunidades.