El 28,8% de los estudiantes de Castilla-La Mancha situados en el índice de condiciones socioeconómicas más bajo se considera resiliente, ya que alcanza en el Informe PISA de la OCDE un nivel de competencia más allá de lo esperado dada su situación desfavorable.
Así lo refleja la monografía 'Resiliencia e Igualdad de oportunidades educativas en el ámbito regional' publicado este martes por la Fundación Ramón Areces y el Ivie.
El informe estudia los resultados de ese alumnado desfavorecido en las tres áreas de competencias que evalúan las pruebas PISA 2022 (Matemáticas, Lectura y Ciencias) y concluye que únicamente una tercera parte de esos niños alcanza la resiliencia educativa.
En concreto, el estudio revela que en España el 30,3% de los estudiantes de quince años que se encuentran en el tercil con una situación socioeconómica más desfavorable consigue superar esas limitaciones y logra resultados académicos por encima de las expectativas que a priori se asocian al grupo.
Tras los alumnos de Castilla y León y Cantabria (con un 40% en ambos casos), los estudiantes desfavorecidos más resilientes son los de La Rioja (37%), Galicia (35,9%), Aragón (35,7%), la Región de Murcia (35,1%), Navarra (35%), Asturias (34,9%), Comunidad de Madrid (33,8%) y Comunidad Valenciana (32,4%).
Por debajo de la media nacional se encuentran los alumnos de Baleares (29,6%), Extremadura (29,3%), Castilla-La Mancha (28,8%), Cataluña (27,1%), Canarias (25,8%), País Vasco (25,7%) y Andalucía (25,6%).
Tras identificar a los estudiantes resilientes, el estudio ha analizado las características diferenciales de los estudiantes resilientes revelando diferencias en comparación con sus pares desfavorecidos no resilientes. Así, la información indica que los hombres son más resilientes que las mujeres en Matemáticas y Ciencias y menos que ellas en Lectura.
Igualmente, los estudiantes resilientes han tenido una mayor exposición a la educación temprana, sugiriendo que intervenciones educativas en las primeras etapas de vida pueden jugar un papel crucial en el desarrollo posterior de la capacidad de resiliencia.
Además, estos estudiantes muestran una tasa significativamente menor de repetición de curso, lo que destaca su capacidad para mantener un rendimiento académico consistente a lo largo de su trayectoria educativa. Otra característica individual relevante de los resilientes es su mayor nivel de expectativas educativas de futuro.
En cuanto a las características de los centros, se observa que los estudiantes resilientes tienen una mayor tendencia a asistir a escuelas privadas, un 25% de los mismos, y a aquellas donde prevalece un ambiente de respeto y cooperación, tanto hacia el profesorado como entre compañeros. Esto contrasta con el patrón general de los centros en los que tienden a estar matriculados los estudiantes desfavorecidos no resilientes, sugiriendo que un entorno educativo positivo y de apoyo puede contribuir significativamente al desarrollo de la resiliencia.
El estudio señala que el sexo de los alumnos influye en la resiliencia de modo significativo, pero no sistemático: el efecto es favorable a los chicos en Matemáticas y Ciencias y a las chicas en Lectura. La condición de inmigrante supone una remora relevante, pero solo en el caso de los inmigrantes de primera generación, ya que los de segunda generación muestran una resiliencia similar o superior a los nativos.