La Neonatología de Guadalajara da un salto en atención y diagnóstico neonatal
La Unidad de Neonatología del Hospital Universitario de Guadalajara, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), ha incorporado importantes mejoras en la atención y el cuidado a los recién nacidos.
La creación por parte del Gobierno regional de una nueva Unidad de Neonatología en el edificio de ampliación ha brindado la ocasión para poner en marcha nuevas acciones que no eran posibles en las antiguas dependencias.
La nueva Neonatología incorpora mejoras que tienen que ver no sólo con el bienestar de los bebés y sus progenitores sino también con la asistencia prestada, con la organización del trabajo y con las técnicas y procedimientos que puede ofrecer.
La Unidad cuenta con 13 puestos para neonatos frente a los nueve de la antigua Neonatología y ofrece salas amplias y luminosas dotadas de modernos equipamientos. Asimismo, se ha reforzado la plantilla de Enfermería un 19 por ciento, pasando de once a 14 enfermeras y de siete a doce técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería.
Por un lado, ha permitido ampliar los espacios dedicados a la asistencia y lograr un servicio funcional y visible que facilita la vigilancia continua desde el control de Enfermería. Por otro lado, las mejoras han propiciado que el personal de Enfermería trabaje, de manera coordinada con los pediatras neonatólogos, en el desarrollo de nuevas líneas de trabajo encaminadas a mejorar los cuidados y la detección precoz de problemas en los bebés.
Asimismo, se trabaja en la actualización de los protocolos de cuidados a neonatos, incorporando la última evidencia científica, y en la implementación de nuevos protocolos conjuntamente con el área de Calidad y Seguridad del Paciente.
En este sentido, se han elaborado protocolos relativos al uso de respiradores, de máquinas CPAP para el tratamiento de la apnea, un protocolo de neumotórax, uno sobre el método kanguro y un documento relativo a la alimentación por sonda cuando el bebé lo precisa o sobre canalización epicutáneo ecoguiado, entre otros. Su implementación garantiza calidad en los procesos, reduciendo la variabilidad, y resultan de gran ayuda a la hora de formar a los profesionales de nueva incorporación.
Participación en congreso nacional
Se ha dado a conocer esta labor de mejora, actualización, revisión e implementación de protocolos de trabajo durante el XXX Congreso de Neonatología y Medicina Perinatal y X Congreso de Enfermería Perinatal celebrado en Las Palmas de Gran Canaria. Seis enfermeras han presentado cuatro pósters y una residente de la Unidad ha presentado un caso clínico. Con ello han expuesto la experiencia en la nueva Unidad y sus procedimientos, así como el valor que aportan los nuevos equipamientos de los que está dotada.
Uno de los trabajos versaba sobre el nuevo equipo de Electroencefalografía Integrada de Amplitud (EEGA) en el recién nacido y los cuidados de enfermería, donde daban a conocer su utilidad para reconocer las crisis en los primeros momentos de vida o determinar la gravedad de una encefalopatía en un neonato, un problema que puede dejar secuelas a largo plazo y donde la detección y la actuación precoz es fundamental.
El trabajo exponía de forma sencilla y visual cómo realizar esta técnica y cómo interpretar sus resultados. El EEGA suele aplicarse en bebés muy prematuros que presentan algún movimiento que haga sospechar de crisis convulsivas, o bien han sufrido algún episodio de apnea o muestran signos que aconsejan comprobar si existe algún problema neurológico.
En estos casos, y sin necesidad de mover al bebé de su incubadora se le colocan unos electrodos durante 24 o 48 horas, durante las cuales se le puede mover y amamantar con normalidad. El EEGA mide las alteraciones eléctricas y permite hacer una interpretación sencilla que facilita un pronóstico y evaluación precoces de las crisis convulsivas neonatales.
Otro de los trabajos versaba sobre los cuidados de accesos venosos centrales neonatales, dando a conocer el manejo y los cuidados necesarios para prevenir posibles complicaciones.
Un tercer trabajo giraba en torno a la enterocolitis necrotizante neonatal, una enfermedad gastrointestinal inflamatoria severa que se asocia con alta morbilidad y mortalidad. El trabajo concluía que este problema se da especialmente en neonatos prematuros con menos de 32 semanas de gestación, que la alimentación con fórmulas artificiales se asocia a mayor riesgo de padecerlo y que las enfermeras desempeñan un papel crucial en la detección de signos tempranos como la distensión abdominal, sangre en heces y signos de sepsis, entre otros.
Finalmente, daban a conocer el manejo del duelo en cuidados intensivos neonatales para apoyar a las familias que pasan por la pérdida de un recién nacido. El trabajo ahondaba en la importancia del apoyo emocional a las familias, la comunicación efectiva para el manejo del duelo, el papel de los profesionales a la hora de favorecer la creación de rituales y recuerdos que ayuden en este proceso, así como la importancia del apoyo y seguimiento posterior a la pérdida, proporcionando apoyo y recursos desde un enfoque integral que acompañe y facilite el inicio de su duelo.