El día que medio pueblo de Toledo se levantó estafado por el padre de Sara Carbonero

Diez años de la condena del padre de Sara Carbonero: 24 meses de prisión y una adicción al juego. El delito le costó su matrimonio con Goyi Arévalo y la relación con sus hijas, Sara e Irene
En la imagen de archivo la periodista Sara Carbonero
En la imagen de archivo la periodista Sara Carbonero

Según recoge Informalia, dice el refrán que el tiempo cura las heridas, pero la cicatriz permanece eterna como el fiel recordatorio de lo que un día nos dañó y también nos hizo más fuertes. Sara Carbonero sabe mucho de eso. Convertida en un ejemplo de lucha y resiliencia, la ex de Iker Casillas se ha enfrentado a momentos muy complicados y dolorosos en los últimos años, algunos de sobra conocidos (un divorcio, un cáncer, la enfermedad de su madre...); otros... no tanto.

Este mes se cumplen 10 años desde que Carlos Javier Carbonero fuera condenado a dos años de prisión por un delito de estafa continuada. El padre de la presentadora, que trabajaba en una agencia de seguros, engañó a una veintena de vecinos de su pueblo (Corral de Almaguer) vendiéndoles productos de inversión ficticios. Él mismo se entregó a la policía cuando se destapó el escándalo, es decir, cuando los clientes exigieron recuperar su inversión y él no fue capaz de devolver el dinero. Confesó que había recibido cerca de un millón de euros y que se los había gastado en apuestas on-line debido a una afición al juego que no podía controlar. En un principio se enfrentó a una condena de siete años y medio, pero la pena se rebajó al admitir el engaño y confesar su ludopatía. Entre los afectados se encontraba el novio de su hija Irene y su familia, que le confiaron todos sus ahorros, cerca de 300.000 euros.

El padre de Sara Carbonero no llegó a ingresar en prisión, ya que la condena no superaba los dos años y no tenía antecedentes. Sin embargo, pagó su particular penitencia, pues el delito le costó su matrimonio y la relación con sus hijas. Decepcionadas y avergonzadas, Goyi Arévalo, Sara e Irene le dieron la espalda al padre, condenado también a pagar una multa de 2.880 euros y devolver los 944.300 euros que había arrebatado a las víctimas. El seguro se encargó de indemnizarlas y solicitó responsabilidades a Carlos Javier, que llegó a un acuerdo para saldar su deuda a plazos.

Una nueva vida lejos de Toledo

La presentadora, muy celosa de su vida privada, nunca ha querido hacer declaraciones al respecto, aunque todo apunta a que la relación entre padre e hija sigue siendo muy distante, prácticamente inexistente. El escándalo afectó mucho a Sara y su familia, que marcaron distancias hasta el día de hoy. De hecho, no hay ni una sola referencia de Carbonero hacia su padre en entrevistas o redes sociales, ni tampoco imágenes de ellos, ni siquiera cuando la presentadora dio a luz a sus dos hijos, Martín y Lucas.

Carlos Javier, solo y señalado, abandonó Corral de Almaguer y se instaló en Amposta (Tarragona), donde rehízo su vida junto a Meritxell Monllau Roig, trabajadora de Impercute Pont Penjant Assessors S.L, dedicada a la promoción, oferta, asesoramiento y suscripción de contratos de seguros. Según Lecturas, ella le consiguió un puesto de trabajo en Catalana Occidente, con los que está estrechamente vinculada su empresa.

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