La respuesta corta y directa es sí, sin embargo, esta posibilidad es tan insignificante como sus tamaños. En términos generales, esta oscila entre el 0.01% y el 0.03%, lo que para efectos prácticos de salud y calidad de aire de los espacios cerrados significa un valor impresionante y positivo. En los purificadores de aire contra virus, mientras más fino y avanzado sea el filtro y los componentes que lo integran, la posibilidad de que el virus llegue “vivo” al otro extremo se vuelve cada vez más pequeña.
Los virus, ocluidos o atrapados dentro de los aerosoles, esas gotitas microscópicas de agua que liberamos cuando estornudamos, tosemos, o incluso hablamos, necesariamente deben viajar a través del interior del purificador de aire. Una forma de asegurar esto es que dentro del espacio cerrado, sea el hogar o un establecimiento público o privado, haya una buena ventilación. Así, garantizamos que las corrientes de aire fluyan más rápido hacia el purificador de aire, y que el volumen de aire filtrado sea mayor. De lo contrario, solamente se filtrará el aire por las cercanías del purificador, y los aerosoles suspendidos en los rincones lejanos de la habitación o del espacio en cuestión se mantendrán intactos.
Es por eso que una buena ventilación siempre es necesaria, aun cuando dispongamos de varios purificadores de aire contra virus, idealmente uno para cada oficina o habitación. Por otro lado, los aerosoles demasiado grandes y pesado terminarán cayendo en el piso o sobre otras superficies duras, inaccesibles a la acción filtrante del purificador. Es aquí cuando las medidas de higiene y desinfección se encargarán de los virus que no puedan ser transportados por las corrientes de aire hacia el purificador. Aplicando estas medidas garantizaremos que la posibilidad de que los virus invadan nuestros cuerpos sea del 0% (siempre que cuides también de lavarte las manos y no llevártelas a la nariz, boca u ojos).
Pero, ¿por qué los purificadores de aire contra virus son tan eficientes? Pocos logran escapar ilesos del purificador. Algunos terminan atrapados, adheridos a las superficies fibrosas de los filtros, que apenas consiguen atravesar con erráticos desplazamientos, mientras otros son destruidos por la acción de fuerzas físicas, como la aplicación de luz UV o escudos de plasma frío, capaz de exterminar eficazmente todos los gérmenes.
De todo esto tenemos una eficiencia del 99.97% para los filtros HEPA (High Efficiency Particulate Air), lo que es igual a una posibilidad del 0.03% de que el virus consiga escapar y “sobrevivir”. Es decir, que por cada 1.000 virus que entren dentro de un filtro HEPA, solo 30 de ellos aproximadamente lograrán evadir su mecanismo filtrante. Pero habiendo buena ventilación, estos 30 virus supervivientes volverán, más temprano que tarde, a recircular una vez más dentro del purificador de aire. Y así sucesivamente hasta que todos los aerosoles suspendidos y transportables por el aire sean filtrados.
Entonces el aire del espacio estará libre de virus y bacterias. Esto librará a tu familia o a tus empleados de padecer enfermedades como resfriados, gripes, covid-19 o tuberculosis. ¡Mientras más purificadores de aire contra virus instales, y más medidas de bioseguridad tomes, garantizarás que los virus no tengan oportunidad remota de enfermarte!
