Cáritas Ciudad Real pide más ayudas y recursos para atender a las personas sin hogar

Desde la organización han denunciado que la ayuda por parte de la administración se ha reducido "significativamente" en los últimos años, mientras que el número de personas que acuden en busca de ayuda continúa aumentando
Cáritas Ciudad Real pide más ayudas y recursos para atender a las personas sin hogar en el centro Jericó
Cáritas Ciudad Real pide más ayudas y recursos para atender a las personas sin hogar en el centro Jericó

El Centro Jericó, gestionado por Cáritas Diocesana de Ciudad Real, dedicado a la atención de personas sin hogar, ha lanzado un mensaje advirtiendo de la falta de recursos económicos y humanos para seguir atendiendo con calidad a las personas sin hogar que recurren a sus servicios.

Desde la organización han denunciado que la ayuda por parte de la administración se ha reducido "significativamente" en los últimos años, mientras que el número de personas que acuden en busca de ayuda continúa aumentando.

"Las administraciones cada vez nos dan menos dinero y tenemos que esforzarnos los trabajadores para poder sacar el trabajo adelante, porque son muchas las necesidades de las personas que llegan aquí", ha explicado en una entrevista concedida a Europa Press la educadora social del centro, Dolores García.

Asimismo, ha señalado que las personas que llegan a Jericó buscan descanso y recuperación, ya que en algunos casos acuden a los servicios del centro estando "muy enfermas".

Por ello, los trabajadores ofrecen una acogida personalizada durante "tres o cuatro días", dependiendo de la situación, pudiendo prolongarse la estancia en el centro alrededor de "un mes y medio o dos meses", sirviendo como antesala del segundo recurso, la Casa de Abraham, ubicada en Daimiel, y de los pisos de autonomía de la entidad.

SEIS TRABAJADORES Y MÁS DE 20 VOLUNTARIOS

Este centro, que cuenta con seis trabajadores y más de 20 voluntarios, establece un proceso de recuperación de los hábitos básicos de los usuarios, teniendo en cuenta la higiene personal, la organización de horarios para desarrollar las actividades dentro de una misma jornada, la atención sanitaria y la creación de espacios de convivencia.

Unas normas que no todos los usuarios del centro están dispuestos a respetar y que, en algunos casos, les lleva a abandonar el centro.

La directora de Cáritas Interparroquial de Ciudad Real, Elsa Alcázar, ha detallado el procedimiento de acogida, asegurando que Jericó "es una puerta abierta", donde inicialmente se valora cada caso y después se plantea una hoja de ruta personalizada.

Los usuarios que acuden al centro tienen perfiles muy diversos, desde personas que llevan mucho tiempo sin hogar, muchas con adiciones, hasta otros que se han visto en esta situación de calle tras una separación, la pérdida de un familiar o un desahucio.

EXPERIENCIAS DE LOS USUARIOS

Sobre su experiencia en el centro, un usuario ha explicado que acudió al centro Jericó por necesidad, valoraron su situación y le ofrecieron la ayuda que en ese momento necesitaba. "Vengo de que no tengo nada y ahora, de buenas a primeras, lo tengo todo", ha asegurado, afirmando que se ha vuelto a reencontrar con algo similar a "un núcleo familiar".

Respecto a los servicios básicos con los que se cubren las necesidades y a los trabajadores del centro, el usuario ha señalado que "hacen mucho más de lo que pueden", pero no pasa lo mismo a nivel administrativo, considerando que "se deberían implicar muchísimo más", avanzando en recursos y evitando así el cierre de otros centros.

De su lado, Alicia Cotoruelo, también usuaria del centro Jericó, ha asegurado que cuando la recibieron encontró "una familia" y ha pedido más ayudas para los centros, donde encuentran el cariño que necesitan y realizan actividades diariamente.

Cada jornada en Jericó transcurre con normalidad, creando lazos de unión mediante actividades como los desayunos en grupo, el reparto de tareas, talleres de formación o cuidado personal y espacios de escucha. Un día estructurado como el de cualquier hogar, que para muchas personas representa el primer paso para recuperar una vida digna.

"El programa que existe en Jericó es una oportunidad muy buena para crear un espacio en el que el acompañamiento de aquellos que vienen con una necesidad pueda suceder de forma natural", ha explicado Juan García, educador social del centro.

LLAMAMIENTO A LA ADMINISTRACIÓN

A pesar de la coordinación que Cáritas mantiene con otras instituciones que trabajan en el ámbito de las personas sin hogar, los migrantes o las mujeres, cada uno desde su perspectiva pero con el objetivo común de mejorar la vida de las personas que lo necesitan, el esfuerzo que realizan no es suficiente sin ayudas.

"Las subvenciones públicas han ido disminuyendo con el paso del tiempo", por lo que les cuesta más "mantener los centros" y los programas que para dar "una atención de calidad necesitan unos fondos" que se han reduCido.

En este sentido, Alcázar ha pedido a las administraciones que "sensibilicen con esta parte de nuestra sociedad, que está aquí y necesita una ayuda y un apoyo".

Además ha realizado un llamamiento a la ciudadanía para que conozca más de cerca la labor diaria de Cáritas y del Centro Jericó con las personas sin hogar, ya que aparentemente es más conocida por las coletas de la Iglesia que por la verdadera labor de los programas que lleva a cabo diariamente.

Finalmente, ha subrayado que la clave está en hacer visible el trabajo que se realiza a diario con los usuarios que, en este caso, en el centro Jericó, se han visto inmersos en la situación de quedarse sin hogar, "como podría ser el caso de cualquiera de nosotros".

Por ello, ha pedido "ponerse en el lugar de los demás, empatizar e involucrarse" con la causa son acciones clave para aumentar la sensibilidad dentro de la sociedad con las personas que se encuentran en situaciones desfavorecidas.

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