La venta de lotería de Navidad en Letur se dispara tras la tragedia de la dana

Después de la tragedia causada por la DANA en Letur, un municipio albaceteño, las ventas de décimos para el Sorteo Extraordinario de Navidad han aumentado un 60%. Miles de personas esperan que 'El Gordo' toque a uno de los pueblos más afectados por las inundaciones en Castilla-La Mancha.
El único punto de venta oficial de lotería en Letur es un pequeño supermercado llamado 'Maemía'. Su responsable, Susana Segarra, explica a EFE que han vendido billetes no solo a los residentes y voluntarios locales, sino también a personas de lugares tan lejanos como Galicia, Mallorca o Canarias.
La lotera comenta que su negocio no sufrió daños directos por las inundaciones, ya que está ubicado en la parte alta del pueblo. Sin embargo, describe el estado de 'shock' que afecta tanto a su administración como a “todo el pueblo” tras la tragedia. “Son cosas que nunca piensas que te van a pasar a ti, en tu pueblo y a tus vecinos”, señala.
Por ello se sorprendió cuando, ya desde los primeros días tras las inundaciones que dejaron seis fallecidos en este municipio castellanomanchego, comenzaron a llamar decenas de personas a este pequeño supermercado para preguntar por lotería de Navidad.
La impresión inicial tras la devastación de las lluvias hizo que esta administración decidiera no vender números, pese al aluvión de peticiones de varios lugares de España. “Decíamos que no. No sabíamos ni dónde estábamos”, señala la lotera.
Pasadas unas semanas y cuando el pueblo comenzó a asimilar lo sucedido, empezaron a vender lotería a sus clientes habituales y a atender a las llamadas.
Por ello se sorprendió cuando, ya desde los primeros días tras las inundaciones que dejaron seis fallecidos en este municipio castellanomanchego, comenzaron a llamar decenas de personas a este pequeño supermercado para preguntar por lotería de Navidad.
La impresión inicial tras la devastación de las lluvias hizo que esta administración decidiera no vender números, pese al aluvión de peticiones de varios lugares de España. “Decíamos que no. No sabíamos ni dónde estábamos”, señala la lotera.
Pasadas unas semanas y cuando el pueblo comenzó a asimilar lo sucedido, empezaron a vender lotería a sus clientes habituales y a atender a las llamadas.