Se da un hecho
Se da un hecho que define nítidamente nuestra época y su carácter. Muchos han concluido hace tiempo (la evidencia es aplastante) que Trump es un delincuente peligroso, un tramposo imprevisible, y un imbécil. Una mezcla que al parecer a algunos les deja fascinados y desarmados.
Hemos visto por tanto a algunos de nuestros líderes europeos más prepotentes y despiadados (con los ciudadanos) comparecer ante Trump como pedigüeños apocados.
De los más dóciles y complacientes con el capo americano en esas entrevistas, un tanto nauseabundas, se dice que han salido relativamente bien parados.
Los más dóciles con el mafioso yanqui, son por cierto los que más nos apretaban las tuercas a nosotros, los ciudadanos del "sur", con ocasión de la estafa financiera neoliberal de 2008 y el austericidio subsiguiente, decretado por Merkel.
Los que ofrecen algo de resistencia a la humillación protocolaria, son atacados incluso por sus propios colegas, que aconsejan no mostrarse ante Trump ni digno ni valiente, ni por supuesto "autónomo" en las decisiones que le competan al susodicho como representante de alguien o de algo.
Si alguno se desmanda y no se sujeta a la Ley de la mafia, impuesta por Trump, viene Rutte (delegado mafioso y gerifalte de la OTAN) y le lee la lección de Trump.
Todo esto tiene un significado claro.
En nuestro tiempo Europa ofrece un aspecto cada vez más deplorable. Su pasividad y silencio ante el genocidio de Gaza, confirma su declive moral y político, que empezó hace tiempo, precisamente por lo ideológico y moral.
Y todo ello es producto de la Ley del más fuerte, que también Europa junto con la OTAN han ayudado a entronizar, muy por encima del Derecho internacional.
No nos engañemos: habrá que inventar otra Europa distinta porque la Europa actual, la Europa posmoderna, no se recuperará de lo ocurrido en Gaza.
En realidad ya estaba herida de muerte a raíz del "austericidio" como solución a una estafa financiera, derivada a su vez del “pensamiento único” neoliberal.
Su aparente recuperación tras aquel crimen económico, fue un espejismo.