Más nombramientos trumpianos
Continua la magia (negra) de Trump:
"Trump encarga el Medicare al doctor Oz, una estrella televisiva y defensor de pseudociencias" (La Vanguardia).
La calificación de "estrella televisiva" sí que viene a cuento (y a cuenta) en este caso como aclaración de la índole del personaje.
Se confirma la telebasura como modelo para la política y como criadero de políticos con opción a cargo trumpiano.
Un aviso para España, donde hemos pasado con la velocidad del rayo (y con su mismo poder de destrucción) de la telebasura de entretenimiento a la telebasura política, volcada por lo general en el apoyo de la ultraderecha, que es la dueña y señora del dinero y la que ostenta la patente de los bulos.
Y aquí también -como allí- esta telebasura aparece frecuentemente en manos de millonarios, para que entretengan a los pobres.
Un mago de las ondas televisivas al frente del Medicare. Ahí es nada.
El afortunado con el nombramiento no solo se maneja entre "píldoras mágicas", sino que es un apóstol de la "curación por la fe".
Lo de la "píldora mágica" parece uno más de esos negocios fáciles que ayudan a hacerse rico a toda prisa. Los fichajes de Trump -lo habrán notado- suelen ser precisamente multimillonarios, ya digo, para que cuiden de los pobres.
Intuimos que entre la "píldora mágica" y el clásico crecepelos, no debe haber mucha diferencia, ni en sus efectos ni en sus rendimientos económicos.
Lo de la "curación por la fe" es un poco más ambiguo, porque no especifica si se trata de una fe concreta o vale cualquiera: la católica, la mormona, la musulmana, la protestante...
Quizás el concepto se refiera a la confianza en curarse, con su potencial psicosomático. Nada que objetar si se refiere a eso, siempre que no lleve a descartar y rechazar otros instrumentos terapéuticos plenamente comprobados como eficaces.
Pasemos a Educación:
"Trump también ha anunciado este martes el nombramiento de Linda McMahon, exejecutiva de la empresa de lucha libre World Wrestling Entertainment, como secretaria de Educación".
Más entertainment, o sea más entretenimiento, que los mantenga entretenidos. A los de la gorra con visera.
Como es sabido, entre el negocio de la lucha libre y la Educación, hay una conexión íntima y espiritual.
Es como si se nombrara consejero (o consejera) de medio ambiente a quien está plenamente convencido de que el cambio climático es una bendición y una oportunidad inmejorable para hacer negocios... algunos. Y además tuviera interés personal en ello como participante y beneficiario de dicho negocio.
Quizás conviene introducir al hilo de estas noticias tan extrañas el recordatorio de que tanto Ayuso como Abascal son rendidos admiradores de Trump, el asaltador de Capitolios y patrón de los que se adornan el cráneo con cuernos de bisonte.
Más que nada para que no nos pille por sorpresa.
Como hace pocos días nos informaron los medios también que Trump había nombrado como secretario de salud a un antivacunas al que se relaciona con la muerte de niños por sarampión en Samoa, hay que reconocer que el desorden mental de Trump es de una coherencia imperturbable.
No obstante y sin que sirva de precedente, una noticia surgida del vacío racional y moral que nos rodea, nos devuelve por un momento al siglo de las luces, o sea a la razón y la modernidad:
"Exmagistrados del Supremo y exfiscales se querellan contra el rey Juan Carlos por cinco delitos contra Hacienda”.
¿Una luz en la oscuridad?
Ya veremos, aunque el resultado de esa querella determinará si pasamos de un amago de democracia a una democracia de verdad. Lo cual no es cualquier cosa. Yo habría titulado esa noticia con letras más grandes, y a su vez habría recordado que con el dinero defraudado por el emérito se podría haber mantenido algún servicio de emergencias en pie.
