El silencio de Zapatero

Los gestos de los tiranos se repiten a lo largo de la historia. Si está a su alcance, acaban con la vida de quienes denuncian sus crímenes y, si han conseguido escapar de sus garras, les condenan a un castigo inicuo: la retirada de la nacionalidad.

El ostracismo supremo. Lo hizo en su día el sanguinario dictador griego Giorgios Papadópoulos con la inolvidable actriz, cantante y política Melina Mercouri y lo ha hecho el miserable Daniel Ortega con la escritora nicaragüense Gioconda Belli y con un centenar de opositores. Ahora quien amenaza con despojar de la nacionalidad venezolana al opositor Leopoldo López es Nicolás Maduro, el dictador que se mantiene en la presidencia del país caribeño tras el pucherazo dado en las últimas elecciones. Un fraude que no ha sido denunciado por el Gobierno español y que contó en su día -y sigue- con el ominoso silencio del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, un falso bueno en todo.

Melina Mercouri dejó un testimonio muy sentido de la sensación inicial de desamparo que apareja un castigo tan infame en un libro que tituló "Nací griega" al que el paso del tiempo no ha restado vigor denunciando el oprobio del régimen fascista de los coroneles. Tras la caída de la dictadura Melina llegó a ser ministra de Cultura. En su caso haciendo bueno el principio que asegura que resistir es vencer. Aunque no siempre sucede. Basta observar cómo actúa y qué grado de represión ha desarrollado en Nicaragua el dictador Daniel Ortega para constatar que la maldad arraiga cuando tiene cómplices y sus fechorías desaparecen del primer plano de la actualidad. Gioconda Belli, que había sido una persona muy activa del lado sandinista en la lucha contra el dictador Anastasio Somoza, cayó en desgracia por denunciar la brutalidad del gobierno comunista que preside Daniel Ortega. Tuvo que huir en puertas de ser detenida. Vive en España, a donde llegó con lo puesto y afortunadamente ahora tiene la nacionalidad española. Trata de rehacer su vida.

Como en otras circunstancias también desde España lo está haciendo Leopoldo López, activo opositor al régimen de Nicolás Maduro, el dictador al que desde Washington señalan como cabeza del cartel narcotraficante de los soles. Retirar la nacionalidad a quien nació en el país de cuyo origen se intenta despojar y borrar es una práctica miserable que a quien infama es al dictador, no a sus víctimas. En relación con Venezuela, no hemos encontrado una sola declaración del expresidente Zapatero condenando esta práctica con la que Nicolás Maduro amenaza a Leopoldo López.

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