Súbditos de los separatistas
Los sanchistas se han afanado estos días en impostar una "victoria" en el debate del Congreso de los Diputados con el argumentario de que se lo esperaban peor y que salió "vivo" del trance. No solo no es verdad sino que de ahí salió, en lo más hondo y popular, por entero socarrado. Su imagen ha quedado abrasada. Y se verá.
Aflorará y puede incluso que, al respecto, lo peor, mucho peor, en este sentido esté todavía por llegar. Pero su realidad paralela ha sido expandida de inmediato por su prensa papagayo y, tras creerse su propia mentira como tienen por ufana costumbre hacer, se han lanzado a pretender hacernos tragar la siguiente. Porque la de esta semana en la que entramos será colocarnos como un triunfo lo que es una traidora rendición y una puñalada más al pueblo español. Lo que ahora viene y pretenderán vendernos como grandes éxitos gubernamentales será el pago pactado con el separatismo para seguir agarrados agónicamente al poder y que pagan con lo que que nos expropian a todos los demás: dineros, eso siempre, ahora una Hacienda y un Poder Judicial exclusivamente catalán y ya asoma, todo robo del derecho al voto y a la soberanía de todo el pueblo español, un referéndum que dinamite ya por entero el orden constitucional, pero que, nadie tiene sobre ello duda, Conde Pumpido y su tropa avalarán cuando toque como limpio y maravilloso y muy muy constitucional.
Pedro Sánchez es ya a día de hoy el mejor "líder", o quizás más propiamente, el mejor "súbdito" que el separatismo haya podido tener. Nadie ha hecho más que él por la secesión y menos por defender a la Nación, que presuntamente gobierna, en toda la historia de España. Un pelele, desde luego, pero por voluntad propia tanto suya como la de un partido que ha perdido ya cualquier atisbo de principios tanto ideológicos como éticos, y que nos arrastra en su agonía, hasta donde nadie pudo imaginar que nos iba a arrastrar. Porque, y esto es lo peor, es que nos quiere hacer si no nos ha hecho ya, súbditos de los separatistas de todo pelaje y ralea, hasta de los asesinos de Miguel Ángel Blanco y 850 más, a todos los demás.
La hoja de ruta que el sanchismo tiene trazada en estos días cruciales y hasta el final de julio y que van a pregonar como principio de su resurrección no es más que la total sumisión y entrega a quienes quieren desguazar la Nación al tiempo que Sánchez lo hace con la Democracia con su intento de pervertir el poder judicial y yugular cualquier otro contrapoder que se oponga a su solapado intento de tiranía. Ambos, en conjunción, son los dos peores parásitos que actuando en comandita, se alimentan de nuestro cuerpo y que, o logramos quitárnoslos de encima o nos acabarán por chuparnos a todos la sangre e infectándonos como sociedad.
No lo van a lograr, puede que consigan alguna demora y que no cesen, sino que aceleren, en hacer un daño aún mayor y hasta el final. Pero van a perder. Y lo saben. Lo saben muy bien. Su corrupción, su mentira y su traición han quedado, y más todavía van a quedar, expuestas a los ojos que quieren ver, y ya casi también hasta a los que no quisieran mirar, con total obscenidad. Esa es la dana que los está arrasando y que no dejará de aumentar el nivel y la extensión de la inundación. La siguiente riada ya está a punto de llegar.