Denuncian que "quieren acabar" con el bosque urbano de Aguas Vivas de Guadalajara

El Bosque Urbano de Aguas Vivas, un proyecto vecinal impulsado en Guadalajara desde 2019, atraviesa su momento más delicado tras la denuncia del arranque y envenenamiento de más de 50 ejemplares, según han confirmado los propios vecinos y Ecologistas en Acción. La situación ha reavivado el conflicto abierto con el Ayuntamiento por la gestión de este espacio verde, levantado gracias a la iniciativa ciudadana y que ahora busca su regularización oficial.
Un proyecto vecinal en entredicho
El Bosque Urbano de Aguas Vivas nació como una iniciativa espontánea de vecinos que, con apoyo puntual de colectivos ecologistas, plantaron más de 500 árboles en una parcela municipal. La idea era transformar un solar sin uso en un espacio de refugio climático y convivencia. Desde entonces, los voluntarios han cuidado el arbolado, con especial atención a los ejemplares más jóvenes, especialmente sensibles a los rigores del verano.
Sin embargo, la clausura de las bocas de riego por parte del Ayuntamiento complicó el mantenimiento. Desde hace meses, los cuidadores se ven obligados a transportar garrafas de agua para regar los árboles. Esta precariedad derivó en un llamamiento para que ciudadanos apadrinaran ejemplares y colaborasen en su riego, una estrategia que permitió salvar buena parte de la plantación pero que no evitó la reciente pérdida de decenas de árboles.
Denuncias por daños y envenenamiento
En las últimas semanas, los voluntarios han detectado el arranque de ejemplares y, lo más grave, indicios de envenenamiento en otros. Ecologistas en Acción advierte de que se han contabilizado ya más de 50 árboles afectados, lo que representa un duro golpe para un proyecto que ha sobrevivido gracias al esfuerzo vecinal. La organización exige responsabilidades y reclama medidas inmediatas de protección.
El Ayuntamiento, por su parte, confirma que se está investigando el envenenamiento y que la zona está vigilada, aunque por el momento no se han identificado responsables. El concejal de Parques y Jardines, José Luis Alguacil, subraya que “no se pretende retirar árboles innecesariamente”, pero recuerda que cualquier intervención en terrenos municipales debe estar sujeta a normativa y a un convenio regulador.
Choque con el Ayuntamiento
La raíz del conflicto se sitúa en la falta de cobertura legal del Bosque Urbano. El actual equipo de gobierno sostiene que la parcela nunca fue oficialmente cedida ni existe un proyecto técnico aprobado, por lo que el uso de bocas de riego públicas resulta ilegal. Vecinos y colectivos lamentan la postura del Consistorio, al que acusan de dificultar el mantenimiento en lugar de apoyar una iniciativa medioambiental y socialmente beneficiosa.
La tensión alcanzó un punto álgido tras la clausura del riego, lo que obligó a los impulsores a convocar reuniones de urgencia y a reclamar un encuentro oficial con el Ayuntamiento. Dicho encuentro tuvo lugar hace unas semanas y supuso un primer paso para el diálogo. Según ambas partes, se acordó avanzar en la regularización del proyecto mediante la constitución de una asociación vecinal, la firma de un convenio y la elaboración de un informe técnico por parte de los servicios municipales.
Hacia una solución negociada
Actualmente, los vecinos tramitan la creación de la asociación “Clara Campoamor”, que será la entidad encargada de interlocutar oficialmente con el Ayuntamiento. El objetivo es que el convenio de colaboración permita garantizar el riego, la conservación y el crecimiento del Bosque Urbano. De momento, el proceso está abierto y pendiente de la redacción del informe técnico.
El futuro del Bosque Urbano de Aguas Vivas depende, por tanto, de la capacidad de ambas partes para alcanzar un acuerdo estable. Mientras tanto, el deterioro de parte del arbolado y los daños denunciados por envenenamiento mantienen en vilo a los impulsores de un proyecto que, pese a las dificultades, sigue contando con un fuerte respaldo vecinal.