El adiós definitivo a sus hijos y nietos: el desolador momento de Isabel Pantoja

Según recoge Lecturas, ha llegado el día de uno de los cumpleaños más conocidos en España, el de Isabel Pantoja, que cumple 69 años. Pero lejos de lo que podría parecer una fecha de celebración, la artista lo vivirá en el más absoluto hermetismo y con un marcado tono de tristeza. Sin hijos, sin nietos, prácticamente sin amigos, con una mudanza inminente a la vista y una deuda de más de un millón de euros. La tonadillera pasa por uno de los momentos más difíciles y solitarios de su vida.
El cumpleaños más solitario de Isabel Pantoja
Atrás quedan los años de fiestas memorables en Cantora, con familiares, amigos y rostros conocidos del mundo del espectáculo. Hoy, nada de eso existe. Ni Kiko Rivera ni Isa Pantoja forman parte de su vida. De hecho, ni siquiera ha llegado a conocer al hijo menor de su hija, el pequeño Cairo, que nació hace poco más de un mes.
Sus inseparables amigos, que tanto han dado la cara por ella en platós de televisión, también han desaparecido de su entorno. Chelo García Cortés, Las Mellis, Luis Rollán, Miguel Poveda o Raquel Bollo, pasaron a mejor vida para Isabel Pantoja, rompiendo todo contacto con ellos.
Sin hijos ni amigos, las opciones para pasar este día acompañada de personas que la quieren, y que ella aprecia también, se ven reducidas a su hermano Agustín. La única persona que siempre ha estado al lado de ella, y al que casualmente, todos culpan de las malas decisiones que ha tomado la tonadillera a lo largo de su vida. Sobre todo, de la ruptura con sus hijos.
Otra de las personas que siempre la han apoyado es su sobrina Anabel Pantoja, pero este año ni siquiera ella la acompaña en su 69 cumpleaños. La sobrinísima se encuentra recuperándose tras fracturarse el brazo hace unas semanas, por lo que tampoco puede estar junto a su tía en su cumpleaños más solitario.
Su inminente mudanza
Para Isabel Pantoja este día no solo significa cumplir un año más, sino que también supone el cambio a una nueva vida, de la que aún no sabe nada. Este pasado jueves 31 de julio, ha terminado su contrato de alquiler en la exclusiva urbanización La Finca, en Madrid, valorada en 30.000 euros al mes.
Su promotor ha sostenido este alto coste bajo la promesa de una gira, una docuserie y diversos proyectos televisivos, ninguno de los cuales ha llegado a ver la luz. Tras la falta de movimiento en estos proyectos, han decidido que este contrato finalice, e Isabel Pantoja ha tenido que tomar rumbo a Cantora, al menos de momento.
Aunque inicialmente se hablaba de una mudanza inminente a República Dominicana, todo ha dado un vuelco. Según se ha informado en los últimos días, Isabel habría sido declarada persona non grata en el país caribeño, y habría roto de forma abrupta su relación con la empresa que gestionaba su futuro profesional allí. El resultado: incertidumbre total, pérdida económica para sus socios y un nuevo portazo a su carrera profesional.
También se ha hablado, que la cantante podría optar mudarse a Portugal o incluso Punta Cana, pero lo único cierto es que su cumpleaños vuelve a pasarlo en Cantora. En las últimas semanas, han estado reacondicionando la finca para su llegada.
Sin embargo, todo apunta a que esta vuelta será provisional, hasta que reordene su agenda profesional y se aclare su situación con Hacienda, cuya deuda supera el millón de euros. Aunque podría cambiar de país, siempre y cuando, cumpla religiosamente con el pago de su deuda.
Un nuevo proyecto profesional
A pesar de todo, hay una pequeña luz entre tanta oscuridad. En los últimos días, Isabel Pantoja ha grabado una colaboración junto al grupo Il Divo: una versión de su canción “Donde el corazón te lleve”. La colaboración surge con el objetivo de relanzar la carrera de la artista en Latinoamérica y reforzar también la presencia del grupo en España.
Esta estrategia intenta mantener viva la figura artística de la tonadillera, aunque muchos dudan de que sea suficiente para devolverle el brillo de antaño, y olvidar todas las polémicas que la rodean.
Con la mayoría de sus relaciones afectivas muertas, Isabel se enfrenta a un cumpleaños marcado por la soledad y por la reflexión. No hay planes concretos, ni casa fija, ni gira anunciada. Tampoco abrazos de hijos ni risas de nietos. Solo el recuerdo de su propia historia, que hoy parece más lejana que nunca.