La pasota e indolente actitud de Iñigo en una cena con Tamara: "Eso está ya roto"

Tamara Falcó en su mejor versión e Íñigo Onieva ausente y apático, cuya actitud no pasó desapercibida entre los selectos invitados: "Estaba como si se quisiera marchar a casa en todo momento"
En la imagen Tamara Falcó, Iñigo Onieva e Isabel Preysler
En la imagen Tamara Falcó, Iñigo Onieva e Isabel Preysler

Según recoge SEMANA, una noche inolvidable, una anfitriona entregada, pero un marido bastante apático. Tamara Falcó e Íñigo Onieva asistieron a una exclusiva y elegante velada en Madrid, organizada con motivo del centenario del icónico hotel Le Bristol Paris. La cita, promovida por una firma de relojes de lujo, tuvo lugar en el sofisticado espacio AP House Madrid – La Suite, en plena calle Serrano, y reunió a un selecto grupo de invitados para celebrar, entre brindis y delicias gourmet, un siglo de elegancia francesa.

Sin duda, una apetitosa cita en la que solo una nota discordante llamó la atención ¡y mucho! a los asistentes. Porque aunque la marquesa de Griñón ejerció de impecable anfitriona —atenta, simpática y con esa naturalidad que la ha convertido en referente del savoir faire patrio—, la actitud de Íñigo Onieva no pasó precisamente desapercibida... para mal. Según cuenta un testigo a la revista SEMANA, “desde el primer momento su gesto fue el de quien acude por compromiso. Apático, ausente, pasota”. Tan llamativa fue su desgana que generó más de un comentario entre los comensales, algunos incluso con humor: "Estaba como si quisiera marchar a casa en todo momento", nos comentan.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva disfrutaron de una exclusiva cena en la capital

Con todos los invitados ya sentados, Tamara desplegó su habitual encanto: “Se interesó por el bienestar de los asistentes, comentó los entrantes, propuso temas de conversación... En resumen, se metió a todos en el bolsillo. Onieva, en cambio, mantuvo un perfil bajísimo, intercambiando pocas palabras y respondiendo con lo justo, en formato monosílabo y con cara de lunes por la mañana”. De hecho, según nos cuentan, una vez que la pareja abandonó el recinto entre los comensales también comentaron que quizá el empresario “no tenía su mejor día”. "La actitud de ambos era como la noche y el día. Dos polos opuestos. Lo cierto es que llamó mucho la atención", puntualiza el mismo testigo a esta revista.

Y es que el carácter y la actitud de Íñigo Onieva siguen siendo un misterio. Lo mismo se muestra completamente ausente, apático y poco católico en un evento de semejante envergadura, que agrada a propios y extraños rindiendo homenaje a su conocida suegra, Isabel Preysler, en la carta de su restaurante Casa Salesas. ¿Cómo? Incluyendo entre sus principales platos los soufflecitos, una propuesta gastronómica que pocas veces falta en Villa Meona, el palacete de Puerta de Hierro. Es lo que ocurre al cambiar el chip vital. Las fiestas por las peregrinaciones, y la noche por las aventuras hosteleras en horarios familiares.

Por lo pronto, lo que sí está claro es que Tamara e Íñigo conocen a la perfección el hotel homenajeado en dicha exclusiva cena repleta de desgana por parte de Onieva: Le Bristol Paris. No en vano, celebraron allí su primer aniversario de bodas. Ubicado en la prestigiosa Rue du Faubourg Saint-Honoré, cuenta con 190 habitaciones de lujo, un jardín de 1.200 metros cuadrados y una piscina en la azotea con vistas de ensueño. Aunque su suite más exclusiva puede alcanzar los 45.000 euros la noche, la habitación elegida por la pareja en julio del año pasado rondó los 15.000 euros. Todo un capricho para festejar el amor entre 165 y 215 metros cuadrados, con sala de estar, dormitorio con colchón king-size y hasta baño de vapor.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva, en la Provenza francesa.

La pareja ha puesto rumbo a la Provenza para celebrar su segundo aniversario

Tras ello, la pareja también puso tierra de por medio para celebrar su segundo aniversario como casados. Eligieron la Provenza para disfrutar de unos días de descanso y desconexión juntos y, de paso, celebrar sus dos años como marido y mujer: "Tal cual lo que hacía falta", escribía en sus redes la marquesa de Griñón junto a una batería de imágenes de sus primeras horas en esta preciosa zona de Francia. La pareja se casó el 8 de julio de 2023 en una boda  que no estuvo exenta de polémica, pues unas semanas atrás Íñigo Onieva fue "pillado" siendo desleal a la hija de Isabel Preysler en un festival al otro lado del mundo. A pesar de ello, siguieron adelante con sus planes de boda y, ahora, celebran sus dos años como casados en este auténtico paraíso. Un viaje romántico y bucólico con el que arrancan sus vacaciones de verano. 

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