La frutera y diseñadora Ana María Aldón y la verdad del sótano y su vida que calla
Un artículo de Jesús Manuel Ruiz publicado en exclusiva en EsDiario
La ex mujer de José Ortega Cano ha vuelto a protagonizar un momento de victimismo, una vez más, en el programa donde colabora los fines de semana. El vespertino que presenta Emma García ha comenzado el programa de este fin de semana con el testimonio de Ana María Aldón. Lo ha intentado. Con lágrimas en los ojos. Le ha faltado un poco más de cebolla para conseguirlo.
Hoy la madre del tercer hijo del matador de toros de Cartagena ha abierto el asunto del sótano donde parece ser que la destinó su marido para “hacerla” costurera. Todo lo que cuenta está lejos de la verdad. Es mentira. Y ella lo sabe. Aldón se quiso desplazar a este lugar para hacer su vida. Entre puntos y otros asuntos. El pretexto de hoy ha sido el traje que le hizo a Gloria Camila. Su pasado ya no interesa. Necesita nuevos temas. El pasado será cuando se cuente la verdad.
Hace unos días la profesional de patronaje y el diseño, carrera que le pagó su marido y es testigo, Marily Coll, ha comentado que el sótano donde instaló su lugar de trabajo tenía moho. Hoy ha rectificado y ha comentado que no era moho sino humedades. La docta en el lenguaje español es una sabía sin parangón. Ese sótano no era un lugar menor al uso de este bien inmueble. Ana María Aldón eligió este espacio de la casa para estar apartada de su marido. Esta situación del domicilio era un lugar muy especial para el hogar de José Ortega Cano.
Ana María Aldón responde a Gloria Camila por el vestido de la discordia 💥
— Fiesta (@fiestatelecinco) December 6, 2025
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Aquí se recibió a grandes personalidades del mundo del toro para celebraciones. Grandes festejos que no se han comentado. Todo habitado y puesto como el mejor lugar del domicilio. En esta posición de la casa se hallaban grandes trofeos del torero hasta que Aldón decidió instalar su otro lugar de vida y trabajo. Y aquel lugar de festejos desapareció. No le interesaba a la nueva señora de la casa. Las celebraciónes sucedieron hasta que llegó la de Sanlúcar. Se acabaron. Nunca más tuvieron lugar. Ella tenía otro objetivo. El tiempo lo ha demostrado. Cambió de muchas otras de la casa. El que ella llama ahora “el sótano” (su gran refugio) y otras dependencias. Y todo a cuenta bancaria del torero. Para otros asuntos se encontraba Marina, la fiel escudera de la casa.
La que un día fuera frutera ha asegurado esta tarde que la rehabilitación de este espacio del “sótano” fue costeado por una servidora. Quizás de la misma manera que cuando cambió la cocina del hogar porque a la nueva señora no le gustaba cómo se hallaba. Ana María Aldón no pagó nada de aquella reforma.
Otra de las perlas que ha lanzado durante la tarde de este sábado es que durante un mes de verano se quedó a trabajar en Madrid para costear un utensilio necesario para su nuevo oficio. ESdiario desconoce si se quedó en Madrid. ESdiario conoce que no se quedó para pagarse un instrumento relacionado con la plancha o parecido. Es una falsedad. La esposa que más ha disfrutado de Costa Ballena (Cádiz) ha sido la sustituta de Rocio Jurado. Si alguna vez se quedó en Madrid serían por otros menesteres.
Ana María Aldón no ha pagado nada en la casa de su ex marido. Nada del verbo “nadar”. La señora Aldón lo entiende. Un dato objetivo. Con custodia compartida de un hijo en común Ortega Cano pasa 1200 euros de manutención. Lo hace porque quiere y para no tenerla presente día a día.
Quizás es el momento de hacer un reportaje de investigación al estilo programa “Fiesta” de qué piensa el pueblo de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) de la que fuera mujer del torero murciano. Algunos y alguna (no sólo ellas) quieren hablar. En el mercadillo (Los Gitanos cada miércoles) del pueblo se comenta. También sería interesante conocer cuándo comenzó su relación por primera vez con su actual pareja. Quizás sea muy interesante. Podría contarlo más allá de su mundo de las nuevas finanzas. . Lo demás está manido. Lo nuevo tiene mucho recorrido. Hoy Ana María ha demostrado sus dotes de actriz. La de moho empieza a oler a humedades. Nunca montó un taller.
