Paola Olmedo enseña su nueva cara y su ex José María Almoguera se queda a cuadros

Según recoge Informalia, la ex nuera de Carmen Borrego es una de las protagonistas del kiosco este miércoles. Paola Olmedo muestra, por fin, su cambio físico tras haberse sometido a una intervención quirúrgica que le ha cambiado el rostro casi por completo y confiesa que le ha costado aceptar su nueva imagen. Las reacciones de periodistas y tertulianos a la portada de Lecturas han sido de lo más significativas pero si había una especial entre todas ellas era la de José María Almoguera, su ex marido y padre de su hijo más pequeño: "No sé si la reconocería por la calle".
El sobrino de Terelu Campos ha asegurado que Paola está "muy guapa" y que esta nueva imagen "le queda muy bien" aunque reconoce que su rostro ha cambiado mucho: "Sobre todo la nariz". Sus compañeros se mostraban estupefactos: "¿Seguro que es ella?", decían en Tardear. "Es un cruce entre Sara Carbonero y un poco Campos también", explicaba Pliego.
En el reportaje, que verá la luz este miércoles, Paola explica que el proceso ha sido durísimo para ella y para toda su familia: "Mi madre no me reconoció. La primera vez que me vio se puso a llorar, decía que no era mi nariz, que yo no era su hija". Sus hijos también: "Ellos han llorado muchísimo, mi nueva imagen les generó rechazo y no les gustaba". Y añade: "No me reconocía, veía fotos antiguas y me veía ahora y no era yo. Al principio no me aceptaba y todavía estoy acostumbrándome al cambio". Y es que, tal y como ella misma explica, el doctor tuvo que retocarle bastante la nariz, un detalle con el Paola no contaba: "No me lo esperaba. No me esperaba tanto cambio, es muy brusco".
Olmedo desvela que la intervención (que duró más de seis horas) a la que se ha sometido es extrema: "Me han roto todo (señala desde la parte alta de la nariz). Es una operación muy delicada porque hay muchas terminaciones nerviosas". De hecho, Paola se arriesgaba a sufrir una parálisis o incluso un rechazo a las placas de titanio en la mejilla o los tornillos. El postoperatorio ha sido muy doloroso y la recuperación complicada, pues Paola ha tenido que aprender de nuevo a hablar y comer: "Eso ha sido de lo peor", confiesa.