Desgarrador testimonio: así destrozó el emérito la vida a Letizia y a su familia
Según recoge Lecturas, llegó el día. Después de muchos meses de expectación y revuelo, el rey Juan Carlos ha publicado 'Reconciliación', unas memorias con las que pretende recuperar su historia. Escrito por la periodista Laurence Debray, este libro pretende repasar algunos de los momentos claves del reinado del emérito desde su perspectiva. Y es que el antiguo monarca sentía que "están robándome mi propia historia".
Son muchos los temas que Juan Carlos trata en esta novela. El golpe de Estado del 23-F, su exilio a Abu Dabi, la actitud de la reina Sofía, sus diversos amoríos o cómo fue la última conversación con su hijo, Felipe VI, son algunas de las cuestiones sobre las que se ha sincerado. De todas ellas, ha habido una que ha llamado la atención: su relación con la reina Letizia.
Durante su entrevista con el medio 'Le Figaro' para promocionar estas memorias, Juan Carlos ya avanzaba que no había tenido reparos en señalar cómo era el vínculo con su nuera. "La entrada de Letizia en nuestra familia no favoreció a la cohesión de nuestras relaciones familiares. Nuestra desavenencia personal no podía reflejarse en nuestra acción institucional. Hice todo por superar nuestras diferencias", ha manifestado el emérito.
El inicio de su aversión
Pilar Eyre, experta en Casa Real, ha seguido de cerca las declaraciones del rey emérito en su nuevo libro. La autora asegura que la enemistad entre suegro y nuera no es ninguna sorpresa. "En mi libro ‘La soledad de la reina’ relato las confidencias del rey a un amigo de la infancia: 'En mi familia nadie quiere a Letizia, las infantas no la pueden ni ver, nos ha dividido a todos, ha acaparado al príncipe, ¡hasta lo ha apartado de su madre! ¡Mi casa es un desastre!'", cuenta la experta en su último blog para la revista Lecturas.
Pero, ¿Cuándo comenzó esta enemistad? "Le pregunto a mi confidente si la aversión entre suegro y nuera se manifestó desde el principio, 'pues mira, antes de que supiera que iban tan en serio lo que más le fastidiaba al rey no es que Letizia fuera divorciada o de origen humilde, sino que fuera periodista'", desvela Pilar.
Su fuente continúa explicando que el emérito "'temía que su vida privada saliera a la luz por su culpa. Decía que iba a contar a sus colegas de profesión sus aventuras y avisó a todos que estuvieran callados delante de ella. Así que Letizia acaparaba todas las conversaciones y se creía la más lista'".
Así, desde el mismo momento en que se supo que Letizia formaría parte del clan, Juan Carlos ya mostró algunas reticencias. Con el paso del tiempo, estas primeras impresiones pasaron a ser verdaderos conflictos. Por ejemplo, el confidente de Pilar Eyre afirma que la reina estaba convencida de que era su suegro quien filtraba noticias sobre la presunta anorexia o sus operaciones de estética: "Ella creía que sí y el ambiente era cada vez más irrespirable, al final no se dirigían la palabra".
El trato entre ellos se fue diluyendo hasta quedar en casi nada. "'No los he visto jamás intercambiar más de una frase'", añade la fuente. Eso sí, "aunque mi interlocutor es del partido del rey, no puede dejar de reconocer que Letizia lo tuvo muy difícil, ya que venía de un ambiente muy distinto, nadie le ayudó y metió la pata sin querer muchas veces", ha concluido.
La relación con Felipe VI
Durante meses se dudó sobre si el rey Juan Carlos hablaría de su hijo en sus memorias. Al fin y al cabo, Felipe VI es el actual rey y ha dedicado buena parte de su reinado en reparar la fe en la monarquía tras las acciones de su padre. Muchos dudaban de si el emérito querría ensuciar su trabajo hablando de su relación. Pero, así ha sido.
Juan Carlos se ha mostrado muy sincero sobre algunas de las acciones que ha llevado a cabo su hijo. Algunas de las cuales le han dolido en profundidad. Un ejemplo es cuando el rey renunció a la herencia de su progenitor. "Este anuncio significa que me rechazas, le dije mirando a mi hijo impasible. No olvides que heredas un sistema político que yo forjé. Puedes excluirme en lo personal y en lo financiero, pero no puedes rechazar el legado institucional", expresa el emérito en el libro.
Y es que Juan Carlos siempre ha sido muy consciente de que Felipe pretendía romper con su manera de reinar. Antes de subir al trono, el marido de Letizia ya había mostrado ciertas diferencias con el modo de actuar de su padre. El rechazo a esa herencia solo fue la confirmación de lo que era un secreto a voces. La distancia entre ellos se acentuó desde ese momento. Prueba de ello es que la última conversación que mantuvieron antes de que Juan Carlos se exiliara fue muy fría.
"Mi hijo, cuando supo de mi partida repentina, me llamó. Yo ya estaba en el avión.—¿Adónde vas, jefe? ¿A Londres? Me llaman 'jefe' o 'patrón'. No creo tener un carácter autoritario, pero es cierto que refleja la organización piramidal de la Casa y de la familia reales. Como muestra de respeto, mi hijo me llama así, aunque en la intimidad sigo siendo 'papá'.—No, a Abu Dabi.—Cuídate", narra en 'Reconciliación'.
"Esa fue nuestra última conversación de viva voz antes de muchos meses de silencio y distancia", apostilla Juan Carlos. Así, Felipe no protagonizó ninguna despedida lacrimógena, ni tuvo una larga charla con su progenitor. Una actitud que denota lo que ahora el emérito ha confirmado: Felipe ha priorizado su propio legado al de su padre.