Elena y Cristina se mudan a vivir a Zarzuela y disparan los rumores más oscuros

Todas los focos apuntan a la Reina Sofía pero no solo por el grave estado de salud de su hermana Irene, sino también por otras cosas que se están contando de la Emérita.
En la imagen de archivo la reina Sofía junto a sus hijas las infantas Elena y Cristina
En la imagen de archivo la reina Sofía junto a sus hijas las infantas Elena y Cristina

Según recoge EsDiario, la Reina Sofía atraviesa días de sombras, y en torno a ella todo parece haberse precipitado. Sus tres hijos —el Rey Felipe y las infantas Elena y Cristina— han cerrado filas ante una preocupación creciente que no solo se centra en la salud de la Reina Emérita, sino también en la situación crítica de su hermana Irene de Grecia, diagnosticada de Alzheimer y cada vez más deteriorada. La enfermedad, cruel e implacable, avanza a pasos de gigante: ya apenas recuerda su nombre, ha perdido facultades básicas como caminar y su estado se describe como de extrema gravedad.

La cercanía de Irene a Sofía, que siempre ha ejercido de sostén y confidente, convierte la situación en un golpe devastador para la Reina. Y ese mazazo emocional ha disparado todo tipo de rumores, amplificados por la información de la periodista Pilar Eyre, que asegura que Sofía estaría atravesando una depresión severa, con episodios de aislamiento, falta de apetito y noches en vela. Según Eyre, la madre de Felipe VI se encierra en su habitación a oscuras, evitando visitas y negándose incluso a separarse de su hermana enferma. Una imagen desoladora de la Reina, a punto de cumplir 88 años.

Tal y como ha comprobado ESdiario, la noticia ha corrido como la pólvora, más aún después de conocerse que las infantas Elena y Cristina se han trasladado a vivir a Zarzuela. La presencia diaria de ambas en el Palacio no hace sino avivar las especulaciones: ¿se trata de un apoyo imprescindible para su madre en un momento crítico o de una señal inequívoca de que la salud de la Reina está mucho más deteriorada de lo que oficialmente se admite? Los rumores se disparan, y el silencio con el que la Familia Real suele envolver su intimidad solo multiplica las conjeturas.

Sin embargo, fuentes cercanas a Zarzuela lo niegan con rotundidad. Consultadas por ESdiario, aseguran que la situación de Sofía no es la que describe Eyre. Y esgrimen un argumento difícil de refutar: de estar en un estado tan frágil, habría rebajado notablemente su agenda institucional, y nada de eso ha sucedido. Al contrario: la Reina mantiene un ritmo constante de dos o tres actos semanales y acaba de afrontar un viaje tan exigente como el de estos días en Estados Unidos, presidiendo el simposio America&Spain.

Esa vitalidad en su agenda choca con el relato de encierro y abatimiento que circula en los medios. Sofía, aseguran en su entorno, continúa siendo una mujer de carácter fuerte, entregada a sus compromisos y con un sentido del deber que no se ha debilitado a pesar de los golpes personales recibidos en los últimos años: la muerte de su hermano Constantino y el lento ocaso de su hermana Irene.

Lo que sí parece fuera de duda es la preocupación de Felipe VI. El Rey, desbordado por la carga institucional, ha pedido a sus hermanas que estén cerca de su madre. Tanto Elena como Cristina se turnan en Zarzuela y han involucrado también a sus hijos para que Sofía se sienta acompañada. Un esfuerzo colectivo que, más allá de las especulaciones, demuestra que la Reina Emérita no está sola y que su familia más próxima se ha reagrupado en torno a ella.

La realidad, en definitiva, parece encontrarse a medio camino entre los rumores y las certezas. La Reina Sofía vive uno de los momentos más delicados de su vida, golpeada por la enfermedad de Irene y la ausencia de Constantino. Pero quienes la ven de cerca insisten en que sigue en pie, activa y comprometida. Y que, mientras tenga fuerzas, ni la oscuridad de una habitación cerrada ni el peso de las habladurías lograrán borrar la imagen de una Reina que ha hecho de la entereza su sello personal.

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