Los precios de la vivienda se disparan y la emancipación juvenil cae a mínimos históricos

La vivienda en España se ha convertido en un bien casi inaccesible para gran parte de la población, en especial para los jóvenes. Los precios del alquiler y la compra rozan máximos históricos y obligan a destinar casi todo el sueldo a pagar techo, lo que ha provocado que la tasa de emancipación juvenil se hunda hasta el nivel más bajo desde que existen registros comparables. Según los últimos datos del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, solo un 15,2 % de los jóvenes vive fuera del hogar familiar, el porcentaje más reducido en un segundo semestre desde 2006.
El mercado inmobiliario atraviesa un momento de fuerte tensión. Los registros de julio de 2025 confirman que el precio medio de la vivienda de segunda mano se encuentra a menos de un 10 % de los máximos históricos alcanzados en la burbuja de 2007. En varias comunidades autónomas las cifras ya superan con holgura aquellos niveles: en Madrid los precios son un 22 % más altos, en Baleares el incremento llega al 84 %, en Canarias al 47 % y en Andalucía al 4 %. El mercado del alquiler reproduce esta tendencia. Una vivienda media de 80 metros cuadrados cuesta ahora 142 euros más al mes que hace un año, lo que equivale a una subida interanual del 14,1 %. El alquiler medio se sitúa en 1.080 euros mensuales, una cifra que obliga a destinar el 92,3 % del salario medio juvenil exclusivamente a vivienda, un esfuerzo económico insostenible para quienes buscan independizarse.
La consecuencia directa de esta escalada es que emanciparse se ha convertido en un objetivo inalcanzable para buena parte de la juventud. La mayoría de quienes logran salir del hogar familiar lo hacen alquilando y compartiendo piso. El 57,9 % de los jóvenes emancipados vive de alquiler y el 87 % comparte vivienda para reducir costes. Cerca de un 30 % necesita ayuda económica de su familia para afrontar pagos mensuales y gastos iniciales, mientras que un 35 % cuenta con ingresos inferiores a 1.000 euros netos al mes, de los que casi la mitad se destinan directamente al alquiler.
Aunque la tasa de paro juvenil ha descendido en los últimos años, el acceso a la vivienda sigue siendo el principal obstáculo para que los jóvenes puedan iniciar sus proyectos vitales. La vicepresidenta del Consejo de la Juventud, Sara Villodre, alerta de que se trata de un problema estructural que limita la autonomía, retrasa la formación de familias y alimenta la desafección hacia las instituciones. El informe “Un problema como una casa” coincide en que siete de cada diez jóvenes emancipados viven de alquiler y que la mayoría se ve obligada a compartir vivienda. El estudio añade que casi un tercio depende del apoyo familiar para afrontar los gastos, lo que amplía la brecha generacional y frena la movilidad laboral.
Los expertos advierten de que el acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los principales factores de desigualdad en España. No solo compromete la economía de los jóvenes, sino también su salud mental, su capacidad de ahorro y sus proyectos de vida. La situación amenaza con consolidar una generación atrapada en la precariedad residencial, con consecuencias profundas para la cohesión social y demográfica del país.
La crisis se agrava al compararla con Europa. Según Eurostat, la edad media de emancipación en España supera ya los 30 años, mientras que en países como Suecia o Dinamarca los jóvenes abandonan el hogar familiar a los 21 o 22 años. En Alemania, Países Bajos o Francia la media se sitúa en torno a los 24 o 25 años. La diferencia no solo responde a factores culturales, sino también a políticas de vivienda más sólidas y a parques públicos de alquiler que garantizan precios moderados. Mientras en España el esfuerzo salarial para alquilar una vivienda media se acerca al 92 %, en Francia ronda el 40 %, en Alemania el 35 % y en Austria incluso menos del 30 %, gracias a la amplia oferta de vivienda social y a fórmulas de cohousing o cooperativas.
Ante este panorama, distintos organismos y expertos proponen medidas urgentes. Entre ellas se encuentra la creación de un parque de vivienda pública en alquiler asequible, similar al modelo de Viena, donde más del 40 % de la población vive en casas gestionadas por el Estado o cooperativas. También se plantean límites al precio del alquiler en zonas tensionadas, una fórmula ya aplicada en Berlín o París, aunque con resultados dispares. Otras propuestas incluyen fomentar fórmulas cooperativas de acceso a la vivienda, impulsar incentivos fiscales para propietarios que alquilen a jóvenes con rentas moderadas o ampliar y reforzar programas de ayudas directas como el bono joven, cuya cobertura actual se considera insuficiente.
La vivienda se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la ciudadanía y en un desafío de primer orden para las políticas públicas. Sin medidas eficaces, España corre el riesgo de consolidar una generación condenada a prolongar su dependencia familiar o a vivir en condiciones precarias hasta bien entrada la treintena, con efectos directos sobre la natalidad, la movilidad laboral y la estabilidad social.
Reacciones políticas y sociales
El Gobierno central ha admitido que la vivienda es uno de los principales retos de la legislatura. Desde el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana se insiste en que la nueva Ley de Vivienda y el bono de alquiler joven son “primeros pasos” para contener la crisis, aunque reconocen que los resultados están siendo limitados. La oposición critica la falta de eficacia de estas medidas y acusa al Ejecutivo de no actuar con la contundencia necesaria. Partidos de izquierda y colectivos sociales reclaman un parque público de alquiler masivo, mientras que desde la derecha se aboga por incentivar la construcción privada y reducir trabas administrativas.
Las asociaciones juveniles advierten que las políticas actuales no responden a la urgencia de la situación. Reclaman una acción coordinada entre administraciones, más vivienda social y un control efectivo de precios. “Estamos ante una emergencia generacional”, denuncian desde el Consejo de la Juventud, subrayando que cada año que pasa sin medidas efectivas se aleja más la posibilidad de emancipación para miles de jóvenes.