La nueva Confederación de Inquilinas prepara una huelga general por la vivienda

El movimiento inquilino en el Estado español da un paso histórico con la creación de la Confederación de Sindicatos de Inquilinas, una nueva estructura estatal que busca coordinar y reforzar la lucha por el derecho a la vivienda. Bajo el lema “Tenemos las llaves para bajar los alquileres. Acabemos con el negocio de la vivienda”, la Confederación nace con un plan de acción que aspira a extender la resistencia ante el rentismo y las políticas que encarecen el acceso a un hogar digno.
Un paso histórico tras ocho años de organización
El nuevo organismo es fruto de ocho años de construcción del sindicalismo inquilino, surgido en 2017 en ciudades como Madrid, Barcelona, Málaga, Zaragoza e Ibiza, en respuesta a la escalada del precio del alquiler. Desde entonces, el movimiento se ha expandido con nuevas sedes en Vigo, Sevilla, Cádiz, Asturias, Guadalajara, Segovia, Ibiza y Formentera, además de grupos en formación en Valencia, Mallorca, Almería, Toledo y Zamora.
La coordinación entre sindicatos se consolidó en 2024 con la manifestación del 5 de abril en más de 40 ciudades y con la campaña estatal “Nos Quedamos”, que defiende el derecho de las vecinas a permanecer en sus casas tras la finalización de los contratos. Esta campaña logró importantes victorias, como la del edificio Casa Orsola, símbolo de resistencia colectiva.
Objetivos: bajar los alquileres y acabar con el negocio de la vivienda
La Confederación de Sindicatos de Inquilinas se define como una herramienta política y sindical para coordinar la lucha por la vivienda en todo el Estado. Entre sus principales metas figuran:
-
Reducir drásticamente los precios del alquiler.
-
Establecer contratos indefinidos que garanticen estabilidad residencial.
-
Acabar con los alquileres temporales y turísticos que tensionan el mercado.
-
Recuperar viviendas vacías o desviadas al alquiler temporal.
-
Reconocer los derechos sindicales de las personas inquilinas.
El programa también contempla la creación de un parque de vivienda pública y cooperativa ajeno al mercado, así como la garantía del acceso a un hogar digno dentro de la transición ecosocial. Todo ello, bajo una convicción común: solo la organización colectiva y la alianza con el sindicalismo laboral pueden poner fin al negocio del alquiler.
Camino hacia una huelga general por la vivienda
Entre los acuerdos más destacados del congreso fundacional se encuentra el compromiso de impulsar una huelga general por la vivienda y contra el aumento del coste de la vida. Esta propuesta pretende vincular las luchas por los salarios, la vivienda y las condiciones materiales de la población, fortaleciendo las alianzas con el sindicalismo de trabajadores y trabajadoras.
El movimiento también anuncia la expansión de las huelgas de alquiler, una herramienta que ha cobrado fuerza en los últimos años. Ejemplos recientes son las huelgas de inquilinos de Néstar en Madrid y de La Caixa en Cataluña, donde las vecinas se han organizado para enfrentar cláusulas abusivas y frenar expulsiones. En los próximos meses, la Confederación prevé nuevas convocatorias coordinadas en distintos territorios.
Un frente común ante la crisis de la vivienda
La fundación de la Confederación se formalizó tras tres días de encuentros entre sindicatos de inquilinas y una treintena de organizaciones del movimiento por la vivienda y del sindicalismo laboral. El objetivo compartido: construir un frente sólido, coordinado y estatal para defender el derecho a un hogar digno frente al rentismo y la especulación.
Con este paso, el movimiento inquilino se consolida como un actor político y social de peso en el panorama estatal, dispuesto a plantear una respuesta colectiva ante la crisis de la vivienda y el encarecimiento del coste de la vida.