Junto a su hermano, el clítoris, el punto G es uno de los principales puntos de placer de la anatomía femenina. Su correcta estimulación puede desencadenar una explosión fantástica de oxitocina mandando tus niveles de felicidad a las nubes.
El primero en estudiarlo fue el ginecólogo alemán Ernest Gräfenbergen, en los años 50. De ahí el origen de su nombre. Afortunadamente, solo se tomó la primera letra de su apellido para identificar este punto oculto de satisfacción.
¿Dónde está el punto G?
Para encontrar la equis que marca el tesoro no es necesario un mapa lleno de coordenadas. Solo necesitas introducir tus dedos dentro del canal vaginal entre unos 2 a 4 centímetros y lo encontrarás. Tus dedos deben ir un poco curvados, como haciendo el gesto de “ven aquí”.
Sabrás que estás “dando en el clavo” porque sentirás que estás tocando una textura un poco rugosa . Después de la estimulación se hinchará y ese es el placer que sentirás.
Si bien la literatura varía un poco sobre la profundidad de su ubicación, la mejor manera de saberlo es mediante la autoexploración. Conocer el cuerpo y sus puntos de placer es el mejor método de satisfacción. De hecho, la exploración también puede hacerse en pareja.
¿El punto G existe en todas las mujeres?
Este tema ha sido debatido ampliamente por diferentes sexólogos, ginecólogos y médicos especializados en el área.
Hay quienes afirman que no todas las mujeres tienen uno y otros que aseguran lo contrario. Para ello sostienen el argumento de que el problema radica en que no todas las mujeres son capaces de alcanzar un orgasmo por esta vía, así como no todas las mujeres alcanzan el orgasmo mediante la penetración.
Uno de los investigadores que más ha hecho énfasis en esta propuesta es el profesor italiano, Emmanuele Jannini, sexólogo, quien explica que no todas las féminas tienen un punto G similar.
La variación se presenta en su superficie, que puede llegar a ser más grande y rugosa en muchas ocasiones, lo que facilita su ubicación al momento de la estimulación, y en otros casos simplemente es más pequeño.
Otras de las teorías que defienden la existencia de este punto en todas las mujeres propone que el mismo no es más que una extensión del clítoris. De hecho, afirman que el punto G se trata de la base profunda del clítoris.
En dado caso, si eres una de las tantas mujeres que aún no conoce esa parte de su cuerpo y quieres asegurarte de tenerla, nuevamente la recomendación es la autoexploración.
¿Cómo se puede estimular el Punto G?
No hace falta ser un experto en el sexo para que, por cuenta propia o junto a la pareja, puedas encontrar el punto G y estimularlo de manera tal que sea posible alcanzar un orgasmo maravilloso.
Lo primero es encontrar una posición cómoda. La más común es tumbada en la cama boca arriba con las piernas abiertas. Si lo haces tu misma, el mejor movimiento con los dedos es el de “spiderman”. Con la palma hacia arriba, introduce el dedo corazón y el anular en la vagina y el resto extendidos a los lados. Los dedos que están dentro deberán curvarse un poco como haciendo el gesto de que se está llamando a alguien.
También se pueden usar estimuladores o vibradores. No se parecen a los normales, porque están diseñados específicamente para estimular esta zona. Por eso, verás que vienen con forma curvada y en su mayoría son pequeños. En esta web se puede ver una gran variedad de diferentes tamaños, grosores y formas. El punto está en experimentar y estar dispuesta a probar algo nuevo.
Hay posiciones sexuales que favorecen la estimulación del Punto G. Por ejemplo, la vaquera es una de las más comunes porque te da la capacidad de controlar la profundidad de las penetraciones. En este caso, los movimientos deben hacerse hacia atrás y adelante, como meciéndote. Esto permitirá que el pene estimule el punto G contra la pared interior de la vagina.
La del perrito es otra posición maravillosa para alcanzar el tan anhelado orgasmo a través del punto G. El ángulo de penetración que se crea desde atrás con la espalda totalmente reclinada crea el espacio ideal para que con cada penetración se genere la estimulación.