El Open de Estados Unidos nos ha dejado una nota agridulce durante la primera jornada. Si bien en el cuadro masculino Feliciano López conseguía pasar a segunda ronda, en el femenino Garbiñe Muguruza no logró superar a su rival, la estadounidense Alison Riske. De esta forma, la hispano-venezolana se despedía de Nueva York en primera ronda, una nueva derrota que no hace sino confirmar la mala racha que está atravesando la tenista.
Recordemos que Muguruza lleva sin ganar desde hace tres meses, una cifra demasiado dilatada en el tiempo para la que un día fue número 1 del mundo. Ahora, situada en la posición 25 de la WTA, la tenista ha vuelto a mostrar sobre las pistas neoyorquinas una irregularidad en su juego que arrastra desde principios de año. Y eso que comenzó llevándose el primer set frente a Riske por 2-6, demostrando una fortaleza que puso en serios aprietos a la tenista local. No obstante, Garbiñe pronto se desinfló, como viene siendo habitual en sus últimos encuentros, y Riske, que actualmente ocupa el puesto 36 del ranking mundial, aprovechó la desconexión de la hispano-venezolana para imponer su juego con un 6-1 en el segundo set y un 6-3 en el tercero que terminaron por eliminar a Muguruza del torneo.
La derrota confirma el “annus horribilis” de la tenista, que ha firmado una pésima trayectoria en los cuatro Grand Slam de la temporada: eliminada en cuarta ronda de Roland Garros y el Open de Australia, y en primera de Wimbledon y el US Open. De hecho, la cita londinense fue especialmente escabrosa para la tenista, pues fue durante este torneo cuando firmó su divorcio profesional con el que había sido su entrenador durante los últimos cuatro años, el francés Sam Sumyk. La relación con el técnico ha sido durante este período un fiel espejo del juego de Muguruza: ha pasado por momentos muy buenos, con la victoria de Roland Garros en 2016 y Wimbledon en 2017, y por etapas de auténtico infierno materializadas en terribles discusiones sobre la pista.
Desde entonces, Garbiñe ha contado con Anabel Medina, capitana del equipo de la Copa Federación, como entrenadora en funciones, aunque no parece que tenga demasiada prisa por encontrarle un remplazo definitivo a Sumyk a corto plazo. Así, en la rueda de prensa posterior al partido contra Riske, afirmó que “aún no tengo nada definido, voy semana a semana y no tengo ninguna prisa en buscar a alguien en especial”. Sobre su derrota, también sorprendió su actitud positiva (tildada por muchos como conformista), al defenderse de las preguntas de los periodistas respondiendo que “estoy compitiendo, necesito jugar más partidos, pero me siento muy competitiva porque les doy problemas a todas las chicas”.
Mejor estreno tuvo Rafa Nadal, que consiguió pasar a segunda ronda con un resultado muy holgado contra John Millman. El australiano, quien eliminó a Roger Federer en Nueva York el pasado año, no pudo hacer nada contra el manacorí, que se impuso por 6-3, 6-2 y 6-2. No obstante, el partido también nos dejó una nota curiosa, ya que Nadal, que de nuevo parte como uno de los favoritos para alzarse con el título, fue amonestado por la árbitro del partido, Louise Azemar Engzell. La sueca llamó la atención al mallorquín por tardar demasiado en sacar al final del primer set, algo que se debió a que el tenista estaba esperando a que el público se calmase y redujese el volumen de voz. Con todo, en rueda de prensa Nadal le quitó hierro al asunto y afirmó estar muy contento con el resultado del partido.
Menos feliz se encontraba el también español Roberto Bautista, que cayó derrotado ante Mikhail Kukushkin. Para el tenista de 31 años esta era la primera vez que pisaba Flushing Meadows, y aunque su derrota lo ha apartado de sus aspiraciones en el US Open, lo cierto es que el valenciano ha firmado un 2019 muy prometedor que podría mejorar en su próxima gira asiática.
