La puertollanense Carolina Illescas aborda en su tercer libro los abusos sexuales

La puertollanense Carolina Illescas ha publicado su tercer libro, 'Donde hay luz no hay oscuridad', una obra que aborda los abusos sexuales "desde una perspectiva de sanación, esperanza y transformación".
Según ha explicado en una entrevista con EFE, el libro, publicado por la editorial PPC, parte de su experiencia vital como misionera, madre adoptiva y superviviente de cáncer. "Los abusos sexuales son la última ramificación de una cultura de abuso más amplia, presente en contextos familiares, laborales o religiosos. Yo quería hablar desde otro lugar, desde el amor y la verdad", ha explicado Illescas, que propone "una lectura accesible, con testimonios reales, que invita a la calma y a la reflexión".
Ha señalado asimismo que el enfoque es holístico, basado en los cuatro cuerpos del ser humano —físico, mental, emocional y espiritual— y con un estilo sencillo y cercano que busca conectar con quienes han vivido el dolor o acompañan a quienes lo han sufrido.
"El director editorial me dijo que publican varios libros sobre abusos cada año, pero que este era muy especial porque no es técnico, es un texto que nace de otro lugar", ha relatado Illescas. Las ilustraciones del libro son obra de Toño Casado, sacerdote y autor de '33 El musical', con quien la autora ha colaborado también en otros proyectos musicales y escénicos.
Licenciada en Filología Inglesa, Carolina Illescas realizó hace veinte años su primer viaje a Etiopía como cooperante junto a su marido y de esa experiencia nació su primer libro, un diario de viajes. Años más tarde, regresó al país africano, donde adoptó a su segunda hija, una niña con discapacidad.
Ese proceso de adopción será narrado próximamente en el programa 'De seda y hierro' de RTVE, dedicado a historias reales de superación en torno a la discapacidad. Tras ser diagnosticada de cáncer, retomó la escritura y de esa etapa nació 'Contraluz', un ensayo autobiográfico que en principio estaba destinado solo a sus hijos.
"Parar me permitió escucharme y poner palabras a todo lo vivido: la enfermedad, la maternidad, la vida en África, la música, lo humano…", ha explicado. En este nuevo trabajo, 'Donde hay luz, no hay oscuridad', entrelaza vivencias, espiritualidad y lenguaje del cuidado, con el propósito de contribuir a una "cultura del amor frente a la del abuso".