Sálvese la que pueda
Siendo la principal función de un Estado proteger la vida de sus ciudadanos, las evidencias demuestran que el "más feminista" de todos los Gobiernos habidos y por haber está haciendo una gestión deplorable con las mujeres víctimas de violencia.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, que bastante tarea ha tenido arreglando los estropicios de su predecesora, Irene Montero, ha intentado no romper nada, pero tampoco acumula grandes logros.
Por ejemplo, no haber escuchado las voces que denunciaban que las pulseras que se colocan a los maltratadores, para que no puedan acercarse a sus víctimas y acabar de rematarlas, eran un juguete roto. Por mucho que una mujer acudiera a comisaría, denunciando que su acosador la seguía, la pulserita había perdido la conexión y su utilidad era equiparable a la bandera española que llevan los de VOX en las muñecas.
De nada sirvieron los constantes mensajes de los trabajadores del sistema de vigilancia, alertando de que las víctimas no estaban siendo protegidas. De hecho, los graves fallos siguen ocurriendo. La prueba más evidente de la mala gestión es que las reuniones con los técnicos empezaron hace más de año y medio y ahora, al final del verano de 2025, todavía se quiere minimizar los daños.
Pero la tozuda realidad acaba por salir y, prueba de ello, es que no baja el número de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. Menos alardes de feminismo y más eficacia en la protección de las víctimas. No es difícil imaginar el terror de ver a tu posible asesino, con orden de alejamiento, que se acerca impunemente porque la pulsera telemática no funciona.
Alguna responsabilidad tendrán, también, las compañías telefónicas, a las que el Ministerio concedió la contrata del seguimiento, que no han hecho nada por solventar unos fallos que podían suponer la muerte de una mujer.
Y, mientras tanto, crece el machismo entre los adolescentes varones que se sienten "agredidos" por lo que consideran un exceso de feminismo que no respeta sus derechos ancestrales.
Así que, la mejor consigna es: sálvese la que pueda. Porque si estos lo han hecho tan mal, la llegada del PP a Moncloa todavía puede empeorar, aún más, la imprescindible protección de las víctimas.