Estrategia de Educación Inclusiva

Castilla-La Mancha ha dado un paso importante al poner sobre la mesa una Estrategia de Educación Inclusiva. En una región con uno de los mayores índices de pobreza infantil del país, avanzar en políticas públicas que garanticen una escuela que no reproduzca las desigualdades de origen, sino que las combata es una decisión política de gran calado. Desde EAPN-CLM queremos reconocer este impulso y agradecer públicamente el compromiso expresado tanto por el presidente Emiliano García-Page y su equipo de la Consejería de Educación, por poner a la infancia en el centro del debate público, trabajando codo con codo con las organizaciones sociales que atienden y acompañan a la infancia más vulnerable en su desarrollo escolar.

Para que la Estrategia pueda estar a la altura del desafío, debe ser valiente, ambiciosa y efectiva, ya que además de estar en juego el futuro de una política educativa, nos jugamos el bienestar de miles de niños y niñas que emprenden su educación con desigualdades debidas a su discapacidad, ubicación geográfica de sus domicilios o situaciones de pobreza o exclusión social de sus familias de origen, y cuyos talentos y beneficios sociales generados nunca disfrutaremos por carecer de oportunidades para desarrollarlos.

Las claves de una estrategia transformadora

Desde EAPN-CLM defendemos que una verdadera Estrategia de Educación Inclusiva debe cumplir al menos estas seis premisas:

  1. Equidad como principio estructural. No basta con la igualdad de oportunidades formal si no se acompaña de recursos diferenciados para compensar desventajas de origen. La equidad exige dar más a quienes menos tienen.
  2. Gobernanza compartida. Las entidades del Tercer Sector, que trabajamos a pie de calle con las familias más vulnerables, debemos tener un papel corresponsable y estructural en el diseño, la implementación y la evaluación de las medidas.
  3. Territorialización de las políticas. Las brechas territoriales en Castilla-La Mancha son evidentes. Sin una mirada específica a zonas rurales dispersas, barrios con alta pobreza o zonas con escaso acceso a servicios, corremos el riesgo de que la estrategia no llegue donde más se necesita.
  4. Objetivos claros y evaluables. Toda política pública debe contar con objetivos medibles y evaluables, así como indicadores de impacto que permitan saber si realmente mejora la vida del alumnado más vulnerable, no solo si se han ejecutado actividades.
  5. Recursos adecuados y finalistas. La inclusión no se logra solo con voluntad: necesita inversión, profesionales formados, apoyos escolares, becas adaptadas al contexto y planes de refuerzo realistas.
  6. Atención integral al bienestar y la orientación. La escuela no solo debe enseñar, también debe cuidar. Apostar por el bienestar emocional del alumnado, prevenir el abandono y orientar profesionalmente a los jóvenes en situación de exclusión debe ser un eje irrenunciable.

Una oportunidad histórica

Castilla-La Mancha debe aprovechar todas las capacidades de una generación respondiendo a tiempo a sus necesidades, y la pobreza debe dejar de seguir siendo una losa que condene el futuro de miles de menores. Esta Estrategia, si se refuerza adecuadamente, puede ser una herramienta poderosa tanto para romper la transmisión intergeneracional de la pobreza, como para aumentar las oportunidades de crecimiento de una región que depende de los recursos humanos que sea capaz de formar e impulsar.

Por todo ello, tenemos ante nosotros una oportunidad histórica para que el sistema educativo regional sea el verdadero ascensor social que esta tierra necesita, y desde EAPN-CLM estaremos siempre dispuestos a colaborar, a aportar y a construir desde la corresponsabilidad. Porque si esta estrategia funciona, estaremos construyendo una región más grande y prospera.