El tren es la sangre

En tanto la España vaciada lo está en buena medida por haber perdido la comunicación con el mundo, esto es, el tren y todo cuanto éste lleva y trae vitalizando el territorio, el ministro del ramo, Óscar Puente, anuncia una potente inyección de recursos para que el AVE entre Madrid y Barcelona circule a 350 kilómetros por hora en vez de a los 300 actuales, de suerte que se pueda trasponer la distancia entre las dos ciudades en menos de dos horas. O dicho de otro modo: lo necesario se sigue abandonando en beneficio de lo superfluo.

La España interior se ha ido quedando en las últimas décadas sin el tren que la articulaba a causa del cierre masivo de líneas por «deficitarias», como si con la red ferroviaria, que es el sistema de la circulación de la sangre de un país, la Administración tuviera que ganar dinero, y la sangre dejó de fluir y llegar a todos los rincones del cuerpo de la nación. Grandes líneas como la de La Plata o como la Santander-Mediterráneo, vivificando en su recorrido los territorios, se abandonaron, y el paisaje se entenebreció con estaciones arrumbadas, playas de vías secas, nudos ferroviarios deshechos y un sinfín de comarcas y pueblos agonizantes.

La sangre que corría y que debió de seguir corriendo por las venas de España se transfundió al AVE, tren para ricos hasta hace poco, y en vez de revertir en la medida de los posible esa deriva antisocial y antipolítica, se destinan cientos de millones a la estupidez de acortar en unos minutos la duración del trayecto entre las dos ciudades más llenas de todo.

Pero no sólo la España interior es ignorada por los nuevos proyectos de inversión ferroviaria, sino que casi todo lo que no es Madrid o Barcelona es ignorado igualmente.

Las redes de Cercanías, las que usan diariamente los ciudadanos para ir de casa al trabajo, están saturadas u obsoletas, y el Tren Litoral, el que comunicaría los cada vez más grandes núcleos de población del Mediterráneo, sigue condenado a perpetuidad en el limbo de la indolencia administrativa.

Mientras, que no le falte de nada al AVE entre Madrid y Barcelona.