Esa diva tan plasta

A Melodía Ruiz Gutiérrez se le ha aparecido, es un decir, la virgen, y ello gracias a que el mundo anda del revés, y lo que siempre fue malo ahora es bueno, y lo amargo dulce, y blanco el negro. O dicho de otra manera: nunca haber quedado tan mal, primero en Eurovisión y luego en la disparatada rueda de prensa que ofreció en TVE, pudo generarle a nadie tan suculentos beneficios como a ésta mujer tan sabia, según parece, en rentabilizar sus truculencias. Su caché, desde que quedó fatal en ambos eventos, se ha multiplicado.

Es verdad que en España puede uno pasar de héroe a villano en un plis plas, pero Melody es sólo el sujeto pasivo, la víctima, de esas percepciones. Su canción era un truño horrísono; su estética indumentaria, de trapecista del Circo Atlas; la coreografía, espasmódica y vulgar, y el "mensaje" de Esa Diva un canto a los tópicos más viejunos. Sin embargo, y pese a las abrumadoras evidencias racionales en contrario, se decidió que lo de nuestra representante era cojonudo y, tras los resultados, que se había cometido una terrible injusticia contra ella. Claro que eso duró hasta que se vio el mal perder de la heroína, y no digamos al escucharlo de sus labios en la fatídica rueda de prensa, donde vino a decir que ella es maravillosa y el resto del mundo un poco una caca, que si no la dejaron "ser ella", que si fue, que si vino, y entonces pasó a ser una perfecta villana a ojos y oídos del respetable.

Sea como fuere, lo cierto es que esa diva está dando una brasa horrorosa; ninguno de los representantes patrios en Eurovisión de la última década, que quedaron tan malamente como ella, dieron tras su debacle la zurra de esa manera, limitándose a salir discretamente por el foro y ganándose, con ello, las simpatías. Pero ésto de Melody es otra cosa, es el absurdo en bucle, es el desvío de la atención de algo tan grave como la participación de Israel y su manipulación del televoto hacía las regiones ridículas del narcisismo desatado de una "diva" y de su tránsito de heroína a villana. Pero como las penas con pan son menos, ha multiplicado por diez el caché de sus actuaciones. De heroína se gana menos.

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