Aunque la mona se vista de seda ...

Pedro Sánchez está en una angustiosa huida hacia adelante para llegar al 2027. De ahí los cambios introducidos en su ejecutiva a los que, como era previsible, el Comité Federal ha dado el visto bueno. Como diría Óscar Puente, son cambios a la medida del "puto amo", claro que uno de ellos, Francisco Salazar le salió "rana" antes de poder entregarse al cargo que le estaba destinado.

Al parecer varias mujeres le señalan como acosador, pero Sánchez, pese a ser uno de sus colaboradores más cercanos, ni se había enterado. La verdad es que no "cuela" tanta ignorancia.

Pero volviendo a la remodelación de la ejecutiva, el objetivo no es otro que un intento de maquillar la realidad en la que están inmersos tanto Pedro Sánchez como el propio PSOE, de manera que les viene como anillo al dedo ese refrán que dice: Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.

Y es que Sánchez ha apostado por los cambios en su ejecutiva como modo de sortear la crisis que padece su partido. Pero no, no bastan cambios en la ejecutiva, ni siquiera aunque remodele todo el Gobierno, porque el problema es él. De nuevo me viene a la memoria el cuento de Hans Christian Anderson, el Rey desnudo. En el cuento nadie se atreve a decirle al rey lo que ven: que está desnudo, pero al no decírselo él puede hacer como que está vestido.

Antaño quienes le hacían creer que era el campeón de la resistencia, hoy son tres hombres en apuros, uno de ellos, Santos Cerdán en prisión, el ex ministro Ábalos y el que fuera su mano derecha, Koldo García, en la cuerda floja. El resto de quienes le rodean y que a lo largo de los años le han alimentado el ego, no parecen capaces de decirle la verdad, que no es otra que políticamente está ya en tiempo de descuento.

No dudo de que no van a dejar de animarle para que llegue al 2027, pero hacerlo le va a resultar una pesadilla. Claro que muchos de los que le rodean, incluidos miembros de la coalición, no se han visto nunca en una situación como en la que están: en los aledaños del Poder y con mando en plaza. De manera que el tiempo que Sánchez resista es tiempo para disfrutar de las mieles del Poder y cada cual se dará y dará una excusa para no decirle a su jefe la verdad: que la salida más honrosa que tiene es la de convocar elecciones, y de paso un Congreso del PSOE, si es que aún queda algo del PSOE, porque lo que ahora hay es el Partido Sanchista. 

La realidad es que el Presidente no se atreve a convocar elecciones porque tiene miedo de perderlas. A pesar de que le rodean tantos "pelotas" aún le debe de quedar una pizca de intuición y sabe que, por muchas manifestaciones que le "preparen" a las puertas del PSOE, los ciudadanos le empiezan a percibir como un problema y no como la solución a sus problemas. Por cierto que el espectáculo vergonzoso de algunos miembros de su guardia de corps conminando a marcharse del partido a los que osan discrepar, es una muestra de un sectarismo que, a quienes siguen siendo socialistas, les debería producir cuanto menos sonrojo.

Pero Pedro Sánchez va a tirar unas cuantas millas, convencido de que maquillar la realidad con una remodelacion de la ejecutiva del PSOE, servirá como engañabobos, para desviar la atención de eso tan evidente: El rey está desnudo. O sea él.