Chequeo a la sanidad

Pues sí, estoy entre quienes opinan que la sanidad pública no está en su mejor momento. Pero no solo en Madrid, también en el resto de España.

De manera que las manifestaciones que, cada cierto tiempo, se celebran en Madrid en "pro" de una mejor Sanidad, no solo tienen como objetivo esta reivindicación justísima, sino más bien colocar en la "picota" a Isabel Díaz Ayuso, a la que los partidos de izquierda madrileños aborrecen con todas sus fuerzas porque, hasta ahora, no son capaces de ganarla en las urnas. Dicho esto, es evidente que hay que salir a la calle a reivindicar que la sanidad pública no continúe languideciendo, pero insisto, en Madrid y en el resto de España.

Pero vuelvo al principio, la Sanidad pública, que era una de las "joyas" del Estado del bienestar, ahora mismo sufre de un deterioro evidente. Las causas son múltiples. En los últimos años, las inversiones en la sanidad pública han sido insuficientes y la gestión de la misma, tanto por parte del Ministerio, como de las Comunidades Autónomas, es manifiestamente mejorable.

Falta personal sanitario, desde médicos de todas las especialidades a personal de enfermería, fisioterapeutas, técnicos de laboratorio, odontólogos, etc. Y, en el capítulo de los médicos , hay que preguntarse por qué, según se ha publicado, los jóvenes que terminan la carrera optan mayoritariamente por la dermatología enfocada a la estética. La respuesta parece ser que tiene que ver con que esa especialidad es en la que se gana más dinero, lo que me lleva a preguntarme dónde queda la "vocación" y si es un concepto que está en desuso, no solo en Medicina sino en otras profesiones-.

Sí, faltan médicos y personal sanitario seguramente, entre otras razones porque los sueldos que reciben son exiguos en relación con la función que desempeñan. También porque la población ha ido creciendo sin que las autoridades hayan respondido a algo tan elemental como que, cuanta más población, se necesita más personal sanitario.

Una de las cosas que me llama la atención en los últimos años es que, en demasiadas ocasiones, cuando vas al médico, sobre todo en el centro de salud, este casi no despega los ojos del ordenador donde va escribiendo lo que le dices pero normalmente ya no te "examina", sino que en función de lo que le cuentas te manda hacer "pruebas" o te receta algún fármaco. También algunos especialistas hacen lo mismo. Al parecer es por falta de tiempo, ya que se les exige ver a un número determinado de pacientes y carecen de tiempo para hacerlo.

Otro agujero negro son las listas de espera. Si alguien tiene dolor, o que incluso el médico sospecha una dolencia grave, tiene que esperar a que le manden una comunicación para hacerse una prueba y en ocasiones la cita es para meses después de haber ido al médico de cabecera. Eso explica que las Urgencias estén saturadas ya que, si "entras" al hospital por Urgencias, tienes la posibilidad de que te hagan las pruebas necesarias.

Ojo, también las sociedades médicas llevan un tiempo, yo diría que desde la aparición del Covid, dando un servicio más que deficiente a los pacientes. También hay listas de espera en la Sanidad privada, tanto para que te reciba un internista como para hacerte cualquier prueba. De manera que la crisis de la sanidad es general.

El problema es lo suficientemente grave como para que los responsables públicos, tanto las Comunidades Autónomas como el Gobierno de la nación, dejen de hacer política de "oposición de los unos contra los otros" y empiecen a resolver los problemas reales.

Hace falta un diagnóstico certero sobre las carencias y problemas de nuestro sistema de salud y a continuación adoptar los medios necesarias. Pero me temo que nuestra ministra de Sanidad está más dedicada en intentar acogotar a la presidenta Isabel Díaz Ayuso, que en trabajar para resolver los problemas de la sanidad pública. Unos y otros deberían dejar la política de bajos vuelos y dedicarse a buscar y dar respuesta a un problema tan real como es que la sanidad pública tiene problemas.