"El Dorado" vasco

El País Vasco y Navarra tienen los mejores servicios públicos de toda España, especialmente en sanidad y educación, las pensiones más altas y el mayor nivel de vida de todo el territorio porque disponen de más recursos para invertir. Y todo ello gracias, especialmente, a un sistema fiscal que les permite quedarse con la mayor parte de los impuestos que generan sus ciudadanos y contribuir menos a la solidaridad nacional gracias al constitucional e histórico "cupo vasco", privilegio que ni Franco se atrevió a quitar aunque fuera parcialmente (Álava lo siguió disfrutando por su apoyo al régimen). El cupo vasco, que algunos han querido exportar a Cataluña, no es malo porque sea un privilegio, que lo es, ni porque sea difícilmente defendible cuando provoca desigualdad entre ciudadanos y territorios. Lo es, sobre todo, por su cálculo que es opaco, difícil de entender, arbitrario, injusto socialmente y sin base técnica sólida. Pero ahí sigue y el PNV, casi siempre al frente del Gobierno vasco en la democracia, se ha aprovechado inteligentemente de la debilidad de los Gobiernos nacionales para sacar la mayor tajada posible.

Lo sigue haciendo ahora negociando con discreción, calladamente, el aumento de las transferencias. Cuanto más se hable de Cataluña y menos de ellos, mejor. Cuantos más problemas tenga Sánchez para mantenerse en el poder, más podrán sacar. Cuanto menos les toquen sus privilegios, más apoyos darán al que mande. Ellos provocaron la caída de Rajoy, al que le acababan de apoyar para aprobar los Presupuestos, y dejarán caer a Sánchez cuando vean que ya nos les sirve. Y en ese juego está no sólo el PNV, coaligado en Vitoria con el Partido Socialista de Euskadi sino también Bildu, los herederos de ETA, la mayor amenaza para el PNV, que crecen voto a voto y que tienen la alcaldía de Pamplona gracias al PSOE, al que, a cambio, apoyan en Madrid.

Cuando todavía quedan 379 asesinatos de ETA por resolver, dos tercios de los asesinos de ETA cumplen ya la condena en su casa o disfrutan del tercer grado penitenciario, en muchos casos sin cumplir los requisitos para obtenerlo, a pesar de la oposición en muchos casos de la fiscalía de la Audiencia Nacional o de informes contrarios de los responsables penitenciarios. Pero es que el Gobierno vasco reclamó a Pedro Sánchez las transferencias de las prisiones hace cuatro años -sabían para qué las pedían- y hace y deshace como quiere. Y luego ese Gobierno permite que los asesinos etarras sean recibidos y homenajeados como "héroes" en sus pueblos, mientras los familiares de las víctimas tienen que seguir escondiéndose de ellos. Una propuesta de reforma de la ley para sancionar la exaltación del terrorismo en espacios públicos no ha prosperado por el voto en contra del PSOE vasco y ha provocado varias dimisiones en el seno de la Consejería de Justicia, en manos de los socialistas.

La inmensa mayoría de los jóvenes vascos ignoran lo que ha sido ETA porque eso no figura en los libros de texto ni en los planes de estudio de los colegios del País Vasco y Navarra. Recientemente PNV, PSE, Bildu y Sumar se opusieron a incluir el terrorismo de ETA en la enseñanza vasca. Una gran parte del profesorado, especialmente en la pública, son reacios a hablar de ETA o a que las víctimas acudan a las aulas a explicar que ETA es culpable de casi mil asesinatos y miles de extorsiones, de un período de décadas de terror y de condenar al exilio a más de doscientos mil vascos. La mayor parte de las familias, que durante ese tiempo miraron para otro lado, aseguran que quieren "proteger" a sus hijos del pasado violento. Nadie ha pedido perdón por sus crímenes, por el silencio culpable ni por la omisión del deber de apoyo a las víctimas.

Con la complicidad del PSE, el PNV intenta seguir en el poder al precio que sea, mientras Bildu, que ha pisado La Moncloa por primera vez invitada por Sánchez -seguramente porque es "un partido de paz", como su líder, Arnaldo Otegui- gana terreno en las encuestas y los más jóvenes son cada vez más radicales. Que no se fíen lo socialistas de sus socios: el PNV apoyará al que le garantice su supervivencia, cada vez más amenazada por Bildu, y Bildu busca que el socialismo vasco sea cada vez más minoritario. El objetivo de unos y de otros, con la connivencia socialista, es la "gran patria vasca". Los socialistas, también en el País Vasco, están sembrando las semillas de su propia destrucción.

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