Las razones por las que Tamara e Iñigo abandonan el tratamiento para ser padres

Según recoge Informalia, cambio de planes para la marquesa de Griñón y su marido, que contrajeron matrimonio en julio de 2023 en el Palacio de El Rincón. Desde entonces, han perseguido su sueño de formar una familia, un deseo más intenso en el caso de la hija de Isabel Preysler, que ya tiene 43 años. Para ello confiaron en una clínica que emplea un método natural, innovador pero sobre todo respetuoso con sus creencias religiosas y que está dirigido a cuidar y reforzar la fertilidad de los cónyuges con el fin de facilitar la concepción. Sin embargo, Tamara Falcó e Iñigo Onieva han tomado una decisión inesperada: abandonar (al menos temporalmente) dicho tratamiento.
Sucedió hace unas últimas semanas y por recomendación de la propia ginecóloga de la marquesa. Según Leticia Requejo, la experta habló con la pareja y les explicó que el tipo de vida que llevan no es compatible con el método que aplican en dicho centro, pues este exige para ambos 'pacientes' unos horarios estables, ordenados, tranquilidad, reposo, control del entorno... Unas características poco compatibles con la ajetreada agenda laboral y personal del matrimonio.
Y es que Tamara e Iñigo no paran, sobre todo él. El empresario, a sus 35 años, está centrado en su nuevo negocio (en el que pasa muchas horas, especialmente de noche) y en el deporte (participó el mes pasado en el Ironman de México), lo cual le impide dedicar a su mujer todo el tiempo que a ella le gustaría. De hecho, asegura Requejo que las nuevas ocupaciones de Iñigo han hecho mella en la pareja, algo distanciada en los últimos meses.
Unos rumores de crisis que saltaron a la prensa y que tanto ellos como su entorno se encargaron de desmentir aludiendo. Desde Tardear no hablan de una crisis, pero sí de un cambio de parecer con respecto a sus objetivos y deseos de presente y de futuro y a los tiempos que manejaban para hacerlos realidad. Tamara nunca ha ocultado su deseo de convertirse en madre aunque no está dispuesta a todo para conseguirlo. Su religiosidad limita sus opciones y ella deja el milagro de la concepción en manos de Dios: "Estamos deseando ser padres, pero también es verdad que hay ciertas cosas que si no pasan... pues es que no son para nosotros y ya está".
Tamara ya comentó que acudía a la Clínica Fertilitas, un centro donde trabajan en base a la Naprotecnología, una nueva ciencia reproductiva que se basa en el diagnóstico y tratamiento de las causas de infertilidad, tanto del hombre como de la mujer, mediante el estudio y el seguimiento del ciclo de la fertilidad del matrimonio. Los especialistas ayudan a las pacientes a descubrir cómo quedar embarazadas, monitorizando la salud reproductiva y ginecológica de la mujer, con diferentes tratamientos médicos y quirúrgicos que ayudan al sistema procreativo. Para ello, utilizan el método Creighton, que monitoriza, analiza, detecta y diagnostica con precisión las alteraciones que se producen en el ciclo de la ovulación para poder tratarlas eficazmente. Sus pacientes eligen este enfoque debido a sus creencias éticas o religiosas, ya que no involucra la manipulación de embriones y tampoco es invasivo, como la inseminación artificial o la fecundación in vitro. En noviembre, Tamara anunció que cambiaba la clínica de Madrid por otra de Barcelona: "Hay una médico que estoy viendo en Barcelona que está tratando todo desde el interior. Estoy con ella y con Xavi Verdaguer, que me han hablado de varias opciones dentro de mis valores morales".